En el corazón de la Milan Design Week 2025, entre propuestas de mobiliario, arte y moda, CUPRA decidió no mostrar un coche, sino una promesa. Su Sensorial Capsule, más que un prototipo, es una declaración de intenciones: un manifiesto tangible de cómo la marca quiere que sea la experiencia de conducir en los próximos años.
Entrar en esta cápsula es sumergirse en un espacio donde la luz, el sonido y la materia se confunden con la emoción humana. Aquí, la tecnología no es fría ni escondida: vibra, respira y responde. “Queríamos reinterpretar la deportividad progresiva de CUPRA, pero llevándola a un plano casi íntimo, donde el coche no sea una máquina, sino una extensión viva del conductor”, explica Francesca Sangalli, Creative Head de la CUPRA Design House, mientras acaricia un prisma transparente: el corazón de todo.
Ese prisma es mucho más que un objeto decorativo. Es, según Sangalli, “el alma del coche”. Un núcleo de cobre suspendido dentro de un cristal que, al ser tocado, desencadena ceremonias de luz y sonido que transforman el interior: de la calma a la euforia, del modo relax a la adrenalina pura. Una metáfora de la relación entre el piloto y su máquina, elevada a un ritual multisensorial.
Pero lo sensorial no termina en los efectos de luces y sonidos. CUPRA aprovecha esta cápsula para anticipar nuevas texturas, materiales y técnicas que definirán sus interiores del mañana. La consola, los asientos y hasta los cabeceros están diseñados con patrones paramétricos y fabricación aditiva —la impresión 3D elevada a arte funcional—, reduciendo desperdicio y logrando superficies que parecen piel sobre huesos mecánicos.
“El diseño paramétrico underskin resalta la superficie como si fuera un ser vivo”, explica Sangalli, con la pasión de quien sabe que no se trata solo de estética, sino de repensar la sostenibilidad de cada centímetro del coche. La tapicería de punto 3D, por ejemplo, abraza las curvas sin generar residuos y logra una estética que sería imposible con métodos tradicionales.
Al final, la Sensorial Capsule es mucho más que un stand espectacular en Milán. Es un vistazo a cómo CUPRA sueña con que sus futuros coches seduzcan todos los sentidos, mezclando emoción y tecnología para forjar una relación íntima entre humano y máquina.
Queda claro que, para CUPRA, el futuro no está hecho solo de baterías y algoritmos: está tallado en cobre, tejido en 3D y orquestado por una coreografía de luz y sonido. Un coche que, más que conducirse, se siente.
