Puede o no gustarnos el mundo automotriz y todas sus curiosidades, pero cuando tenemos un coche, educarnos al respecto se convierte en una necesidad. Es importante conocer los requerimientos de forma general y los datos adaptados al modelo que tenemos. No poner atención a su cuidado trae como consecuencia la reducción de la vida útil del automóvil y, lo que es peor, el riesgo de accidentes que pueden tener terribles resultados en nosotros, en quienes amamos y en terceros.
Hoy te queremos contar sobre un accesorio de suprema importancia para tu coche, al que tal vez no estás prestando la debida atención: las pastillas de freno. El cuidado y cambio de pastillas de freno es de vital importancia para nuestra seguridad al volante. Te diremos qué son, cuándo se cambian y dónde hacerlo.
¿Qué son las pastillas de freno?
Se trata de un componente clave en el mecanismo de freno del vehículo. Es una pieza plana de acero y su objetivo consiste en proporcionar presión al rotor, que, a su vez, está conectado directamente a cada rueda. Este proceso da lugar a la fuerza necesaria para disminuir la velocidad o detener el coche.
Por eso resulta uno de los elementos más importantes para la seguridad en marcha. Los coches cuentan con cuatro pastillas de freno como mínimo, dos por cada disco. Cargan una gran responsabilidad, por lo tanto, son proclives al desgaste.
El momento en que debes cambiarlas
Lo ideal es no dejar que las cosas pasen para hacer verificaciones y mantenimientos. Ten en cuenta que hay algunas señales que tu coche te puede dar y que indican que es tiempo de una renovación. Presta atención a las siguientes alertas; si tu coche presenta alguno de estos indicadores, es hora de visitar a su mecánico de confianza:
1. Al coche le cuesta frenar cuando se encuentra caliente: La temperatura del vehículo es un buen evaluador de la eficacia de las pastillas de freno. Esto es porque, cuando se encuentran muy desgastadas y son sometidas a una conducción agresiva, se produce un fenómeno denominado “fading”. Este consiste en que las pastillas de freno o los discos han superado el umbral de temperatura óptimo y pierden capacidad de adherencia. En consecuencia, el rozamiento no genera la frenada óptima, por lo que puede ser peligroso.
2. Vibración en el pedal: Este síntoma no sólo revela un posible desgaste de las pastillas, también de los discos. Suele ocurrir cuando se producen frenadas de fondo, consecuencia de la transmisión de vibraciones. Además de una vibración en el frenado, también pueden producirse ruidos broncos o chirridos en la parte delantera al frenar. Es necesario estar atento.
3. Presta atención a las advertencias: El mundo automotriz no ha escapado a los avances tecnológicos. Los coches de hoy, en sus tableros, pueden informarte de lo que está ocurriendo. Esto se logra por medio del nivel de líquido de freno. Si su medidor se enciende, tienes que hacer una revisión.
En conclusión, lo recomendable es cambiar las pastillas de freno del coche cada 10.000 kilómetros de recorrido. Si el desgaste ocurrido es inferior a 2mm, el cambio procede de forma obligatoria. Cuidar de la renovación de este componente te asegurará no incurrir en un gasto extra en los discos del vehículo.
¿Dónde cambiar las pastillas de freno?
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