Las peores previsiones se están cumpliendo. El mercado automovilístico español no reacciona a la inyección del plan Pive. Las matriculaciones en noviembre siguieron cayendo en un nivel de alrededor del 20%. Las ayudas de 2.000 euros están siendo inútiles para reanimar un mercado que está en las profundidades de un pozo.
A la espera de que hoy se den a conocer los datos cerrados del mes, las matriculaciones registradas por la DGT hasta el penúltimo día de noviembre mostraban una caída del 29% que se puede moderar hasta el entorno del 20% gracias a las operaciones que se suelen anotar en el último día de cada mes. Los 60.395 coches vendidos en noviembre del 2011, que entonces ya supusieron un descenso del 6,4%, quedan todavía lejos.
A este paso, el 2012 acabará con unas 700.000 matriculaciones o incluso algo menos, lo que puede suponer una caída superior al 10% después de haber bajado casi un 18% en el 2011, cuando se vendieron 808.059 turismos y todoterrenos. Las reservas de ventas con subvención del Pive han gastado ya un 40% de los 75 millones presupuestados por un plan largamente demandado por el sector, que prevé que se agote en enero. El nuevo presidente de Faconauto, Jaume Roura, y el de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Tores, así como los fabricantes de Anfac y los importadores de Aniacam defienden en público los efectos positivos del Pive y piden que se prorrogue durante el 2013. El temor ahora es que sin ese mínimo flotador, el mercado sufra un nuevo descalabro.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha vuelto a defender las virtudes de un plan por el que ha tenido que pelearse con sus colegas de Economía y Hacienda. Sin embargo, tanto el Gobierno como las patronales del sector han chocado con un mercado moribundo para el que la medicina suministrada ha actuado como un inútil antitérmico que sólo ha conseguido suavizar la fiebre. En palabras de la diputada del PP que le hizo la pregunta a Soria: "El sector ha estado muy enfermo, muy delicado, ha tenido mucho más que un resfriado".
