Españoles, el plan PIVE... ha muerto. Y podríamos añadir al parte que parafrasea el célebre mensaje de Arias Navarro anunciando el fallecimiento de Franco que el PIVE ha fracasado en su objetivo principal. El parque automovilístico español es ahora más viejo que cuando empezaron los planes PIVE. El rejuvenecimiento del parque de vehículos en circulación en España ha pinchado: la antigüedad media ha subido de 8 años en el 2008 a 12 este ejercicio.
Los más de 1,1 millones que se han vendido con subvención desde el inicio del PIVE apenas han conseguido suavizar un problema que hubiera sido mayor. La crisis, el paro, los sueldos bajos, la precariedad laboral y el miedo a un empeoramiento de la economía han hecho que los españoles hayan estirado la vida de los coches como un chicle, tal como muestra que la antigüedad media de los turismos entregados a cambio de recibir la ayuda haya sido de 16,4 años. Eso quiere decir que algunos superaban los 20 años.
¿Hay que seguir dopando el mercado?
Lo peor del caso es que entre los 1,1 millones de coches del PIVE se incluyen decenas de miles de automóviles que supuestamente han sido retirados de la circulación aunque ya hacía tiempo que estaban varados ante la imposibilidad de sus dueños de repararlos. Eran los coches zombi. Aunque la finalidad más noble y políticamente correcta del plan de contribuir a reducir las emisiones y mejorar la seguridad vial ha fracasado, está claro que el salvavidas ha cambiado el día a día de los concesionarios y de las fábricas de coches. ¿Hay que seguir dopando el mercado automovilístico o ya es hora de que las marcas y los concesionarios vuelen por sí solos?
