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Al volante del heredero electrificado del mítico Jeep Willys

Probamos en Ibiza el primer Wrangler híbrido enchufable, un 4x4 radical que puede entrar en el centro de la ciudad con etiqueta Cero

Prueba del Jeep Wrangler 4xe híbrido enchufable / AM

Prueba del Jeep Wrangler 4xe híbrido enchufable / AM

Ana Montenegro

07.07.2021 17:15h

5 min

Hace unas semanas os contábamos que Jeep ya había electrificado su modelo más mítico y clásico, el Wrangler, con una versión híbrida enchufable. Ha tardado un poco en llegar al mercado español porque se fabrica en Estados Unidos, pero ya está aquí y lo hemos podido probar por las carreteras y pistas de Ibiza.

La elección del lugar no es casual. Ibiza siempre ha tenido una gran pasión por los 4x4 y, sobre todo por los Jeep, además desde hace unos años la marca estadounidense, actualmente en el grupo Stellantis, tiene un acuerdo con los hoteles Hard Rock en España y en Ibiza hay uno.

El Wrangler 4xe es el tercer modelo Jeep que se electrifica, tras el Renegade y el Compass pero en esta ocasión es todavía más emblemático. Primero porque llega cuando se cumple el 80 aniversario de la marca Jeep y segundo porque el Wrangler es el modelo que preserva la esencia original de la marca. Jeep nació en 1941 con un vehículo, el Willys, con el que se buscaba durante la II Guerra Mundial que las tropas americanas en ultramar se pudieran mover con rapidez y agilidad. Cuando acabó la guerra el pequeño 4x4 comenzó a venderse en versión civil como Jeep CJ y tuvo tanto éxito que la marca se convirtió en sinónimo de 4x4 incluso en documentos oficiales.

Orígenes del Jeep Wrangler

El primer Wrangler se lanzó en 1987, en sustitución del CJ, así que es el modelo que ha preservado el ADN del original y se electrifica en la cuarta generación. Su esencia americana se mantiene también en su fabricación, se produce en Toledo, pero de Ohio (EEUU) esto pude provocar un retraso un poco mayor en la entrega con respecto a los Jeep que se montan en Europa, como el Compass.

La nueva gama del Wrangler se caracteriza por la desaparición de los motores diésel y la incorporación de la versión 4xe. Sólo dispone a partir de ahora de propulsores de gasolina y este híbrido enchufable.

El sistema utiliza como base el motor de gasolina 2.0 turbo de 272 caballos y dos motores eléctricos. Uno de ellos está adosado al térmico y se utiliza de motor de arranque, en cualquier circunstancia lo hace en modo eléctrico, aporta par cuando es necesario y ayuda a generar carga a la batería. El segundo motor eléctrico tiene una potencia equivalente a 145 caballos y un par de 245 Nm y está montado dentro de la caja de cambios que es una ZF automática de ocho velocidades con dos embragues multidisco. El conjunto de este sistema supone disponer de 380 caballos de potencia y un par máximo de 637 Nm que le hacen moverse con agilidad desde el arranque y en cualquier circunstancia.

El paquete de baterías de iones de litio es de 14,4 kWh y 400 voltios, está situado debajo de los asientos de las plazas traseras y está protegido y aislado ante cualquier eventualidad, incluso el vadeo de ríos. También lleva una estructura de acero en la parte inferior del vehículo para proteger la mecánica de posibles golpes o piedras sueltas, porque el Wrangler, por muy eléctrico que sea sigue siendo un 4x4 ‘de verdad’ que incluso puede circular en modo eléctrico off road. La autonomía exclusivamente con cero emisiones es de 53 km en recorridos urbanos, en los que hay más frenadas que ayudan a recargar las baterías, y 45 km en circulación mixta. Siembre con la velocidad máxima limitada a 130 km/h. Las baterías tienen ocho años de garantía o 160.000 km y el tiempo de carga 2,5 horas con cargador de 7,4 kw y 6,5 horas con tres kw. 

Solo en cinco puertas

El Wrangler 4xe sólo está disponible con carrocería de cinco puertas, lo que alarga su silueta y le da un aspecto más imponente. Externamente se distingue por algunos elementos azules en la carrocería y la toma de electricidad en la parte delantera izquierda, la de la gasolina está detrás en el mismo lateral. Por lo demás es igual externamente que el original con la mítica parrilla frontal de siete ranuras, pasos de rueda trapezoidales y faros redondos.

Sentarse al volante de este Wrangler aviva la nostalgia. Primero alzarse hasta el asiento que está bastante elevado, aunque tiene estribos en algunas versiones y un asa en el marco de la puerta. La unidad que yo probé tenía la terminación 80 Aniversario que incluye asientos de cuero. Lo que no tengo muy claro es si con el sol del verano en Ibiza es lo más adecuado, aunque cuando la climatización ha hecho su trabajo son muy confortables.

El Wrangler 4xe está disponible en terminación Sahara desde 68.900 euros, Rubicon, más deportiva, desde 70.800 uros y la 80 Aniversario desde 72.300. estos precios son entorno a 3.300 euros más que las versiones con motor de combustión, además Jeep tiene una oferta de lanzamiento que incluye sólo en la terminación Rubicon tres años de garantía y 360 euros al mes de 36 cuotas, con una entrada de 15.300.

Modos del Wrangler híbrido

El tacto del salpicadero y el volante es el de los Jeep de siempre, sobrio y sólido, trasmite sensación de calidad y larga duración. Al lado de la palanca del cambio está la pequeña palanca que permite elegir el modo de tracción y el bloque de los diferenciales delantero y trasero. En la parte inferior izquierda el salpicadero están los botones que permiten elegir entre los tres modos posibles de conducción. El hibrido gestiona de forma automática los motores y la mejor forma de ahorrar combustible, el eléctrico que puede circular sólo con carga hasta que las baterías están al 1% y e-safe que ayuda a ahorrar energía y a cargar las baterías.

En el uso que le dimos al coche durante la jornada consumió bastante energía en mantener un clima interior confortable, pero cuando me puse en modo e-safe recargó un poco y no es tan retenedor como en otros híbridos que he podido probar y que resultan incómodos.

Durante el recorrido, que combinaba asfalto con pistas, el consumo medio, sin ninguna preocupación por ahorrar, se situó entorno a 10 litros a los 100 km pero la autonomía total resistió bastante, aunque consumí toda la energía de las baterías.

Lo más agradable de este Wrangler en su buena movilidad en ciudad, ágil a pesar de sus dimensiones y peso, en carretera y fuera del asfalto, donde sigue siendo un verdadero Jeep. La potencia de sus tres motores se nota, sobre todo al arrancar y cuando hay que superar alguna pendiente. El momento más difícil puede ser el del aparcamiento pero en la isla pitiusa eso es más fácil que en una ciudad. 


​Valoración Jeep Wrangler 4xe: diseño 8,0; interior 8,2; motor 8,9; conducción 9,0; global 8,52.

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