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Al volante del Jaguar E-Pace, un felino muy urbanita

Probamos la versión diésel de 163 caballos con micro hibridación, etiqueta ECO y un consumo muy ajustado del SUV para inconformistas

Jaguar E-Pace

Ana Montenegro

11.08.2022 00:47h

4 min

En 2017 Jaguar lanzó su primer SUV, el E-Pace, con el objetivo de estar presente en ese exitoso y voluminoso segmento de mercado, el que estaba permitiendo a las marcas de lujo incrementar sus ventas y mejorar su rentabilidad. Pero la marca británica tenía un buen as en la manga antes de iniciar esta aventura, su larga y fructífera experiencia en el mundo del off-road. Para construir el Jaguar E-Pace se tomó la base del Range Rover, el todoterreno más lujoso del mudo, en concreto la de la sofisticada versión Evoque, del mismo grupo Jaguar Land Rover. En Coche Global hemos sometido a prueba la versión renovada del Jaguar E-Pace en la sección Car Review & Rating.


Valoración del Jaguar E-Pace: diseño, 8,2; interior, 8,4; motor, 8,9; conducción, 8,9; global, 8,6.


Con esa plataforma Jaguar construyó un SUV compacto de cinco plazas, pero también un deportivo, con excelente comportamiento en las versiones 4x4 (puede escogerse también con tracción delantera), un gran rutero devorador de km y muy manejable, lo que le da una enorme versatilidad desde la ciudad a la playa. 

El Jaguar E-Pace mide 4,39 metros de largo, 1,90 de ancho y 1,64 de alto, con una distancia entre ejes de 2,68 metros y un maletero que, como mínimo, ofrece una capacidad de 470 litros, ampliable abatiendo las plazas traseras, y con un portón de apertura y cierre eléctrico. La altura libre al suelo es de 21,2 centímetros, que hace muy fácil entrar y salir de vehículo, lo que siempre se agradece. 

Valoración del Jaguar E-Pace

El E-Pace está bien pensado, bien diseñado y claramente creado para la comodidad del conductor y los ocupantes. A lo que suma un estilo muy personal que lo diferencia de sus competidores. Un morro poderoso con una gran parrilla de aire retro y el nuevo logo con la cabeza del jaguar en el centro. La personalidad la refuerza un lateral que se afila en la parte posterior y se remata en la trasera con un gran alerón superior. En el portón trasero está la tradicional silueta del jaguar marca de la casa.

La comodidad es su principal referente. Los asientos, con ocho puntos de ajuste y ligeramente elevados dan una estupenda visibilidad, incuso en las plazas traseras. Su comodidad y buen ajuste la he podido comprobar en largos viajes porque hice casi 2.000 km con él en ciudad, autopista, autovía y estrechas carreteras comarcales de montaña. La versión de prueba estaba equipada con el motor diésel de 163 caballos, hibridación suave de 48 voltios, cambio automático de 9 velocidades, tracción total y terminación R-Dynamic SE. El consumo en esta larga prueba fue de 7,5 litros a los 100 km, una buena noticia con la actual inflación en el precio de los carburantes y eso pese a no haber hecho una conducción especialmente eficiente a la tracción total.

Equipamiento de gama alta

La terminación R-Dynamic SE amplía el ya amplio equipamiento de serie con elementos como el techo de cristal panorámico fijo o el acceso sin llave. El habitáculo se abre simplemente tocando en el tirador de la puerta y el sensor de apertura si la llave está cerca, claro. El arranque del motor se realiza pulsando el botón situado a la derecha del volante en la consola.

Cuando Jaguar actualizó el E-Pace el pasado año no sólo realizó pequeños cambios estéticos, pero hizo una completa remodelación de las mecánicas. La gama actual cuenta con dos motores diésel 2.0 de 163 y 204 caballos. El primero puede llevar cambio manual de seis velocidades, sin hibridación y tracción delantera. Los cuatro de gasolina son un 1.5 de 160 caballos con tracción delantera y tres 2.0 de 300, 269 y 300 caballos con tracción total. Todos llevan cambio automático de 8 o 9 marchas. La gama se completa con un híbrido enchufable de 309 caballos y una autonomía en modo 100% eléctrico de 55 km.

Versión menos potente

Aunque la versión que probé es la de menor potencia de los dos diésel se comportó perfectamente cuando se exigía más potencia, por ejemplo subiendo puerto de montaña, siempre que mantuviéramos una velocidad correcta y acorde con los límites legales. La tracción integral contribuía a una estabilidad excelente, serpenteando sobre el asfalto y sin bamboleos excesivos de la carrocería, ni en la frenadas.

El amplio equipamiento de ayudas a la conducción y al aparcamiento facilitan su uso en cualquier circunstancia, incluso aparcarlo en huecos aparentemente imposibles. Su bravura sobre el asfalto se le supone y lo demostró, pero su estilo fue sin duda más llamativo. Atraía miradas y preguntas, pese a su aparente sencillez. Y, sobre todo, es una excelente opción para quien quiere un SUV que sea diferente. La gama arranca en los 49.950 euros y la versión de esta prueba es de 66.000 euros con las opciones.

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