La patronal de fabricantes de automóviles (Anfac) ha planteado una hoja de ruta con el fin de "reindustrializar" el país y la Unión Europea. Entre las medidas se incluye la petición de restringir las fronteras a las importaciones de coches y piezas para evitar la competencia desleal al made in Spain.
Sin manifestarlo explícitamente, Anfac prepara el terreno a la lucha contra una invasión de vehículos chinos que puede desestabilizar la industria local como a ha sucedido en otros sectores como el textil. Con el epígrafe de "vigilancia del mercado de importación", el Pacto Industrial elaborado por Anfac y la consultora Pwc defiende "establecer mecanismos que permitan controlar que los vehículos y componentes del automóvil importados en la UE mantienen un nivel adecuado de calidad para que no se produzca una competencia desleal con la producción europea, respetando el marco europeo de homologación de tipo y calidad del producto".
El lobby de los fabricantes de automóviles incluye este planteamiento en el capítulo de impulso al mercado interior. La propuesta intenta justificar el proteccionismo basándolo en los criterios de calidad, el mismo sistema que utilizan otros países para intentar poner puertas al tsunami low cost con una percha legal a la que acogerse.
La apuesta de Anfac es a medio y largo plazo y se produce a pesar de que la industria española se encuentra en un momento dulce con unas inversiones robadas a otros países europeos competidores de unos 5.000 millones de euros destinados a producir nuevos modelos que generarán miles de empleos hasta el 2015. Pero tras la llegada de las marcas japonesas y coreanas, los productores temen ahora la futura penetración de marcas chinas que ya están tomando posiciones para llevar a cabo un desembarco.
La calidad, objetivo del desembarco chino
La estrategia de los fabricantes tendrá que vencer varios obstáculos. En primer lugar, el filtro de la calidad puede fallar desde el momento en que el coche mejor valorado por las pruebas de seguridad del organismo Euro Ncap es un vehículo made in China, la nueva marca Qoros fruto de una alianza entre Chery y un grupo energético israelí. Otro gran grupo chino como Geely ha optado por poner un pie en Europa mediante la compra de Volvo, un referente en calidad y seguridad.
En segundo lugar, la estrategia de Anfac tiene algunas fisuras internas desde el momento en que son los propios fabricantes los primeros interesados en comprar piezas baratas e incluso en ensamblar vehículos en China que en algunos casos exportan a Europa. En todo caso, el proteccionismo planteado iría destinado a frenar las importaciones de empresas y productores ajenos a las grandes marcas occidentales.
En tercer lugar, los consumidores son soberanos y podrán decidir qué coches compran, como ya sucede ahora. Especialmente en España, donde los compradores de turismos no se caracterizan por ejercer un consumo patriótico al no tener en cuenta generalmente el origen del vehículo, sino otros criterios como el precio.