La fuerte competencia que suponen las cuantiosas ayudas públicas aprobadas por Estados Unidos para impulsar la movilidad eléctrica se empieza a notar ya. EEUU ha captado el 50% de las inversiones mundiales para la producción de baterías desde la implementación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), dotada con 369.000 millones de dólares para incentivar iniciativas industriales verdes, según datos de la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa).
En ese contexto, la organización ha destacado que la inversión extranjera directa en la industria de componentes de automoción en Europa (excluidas las baterías) se redujo por segundo trimestre consecutivo en los últimos tres meses de 2022. "Si bien la inversión extranjera directa durante todo el año se duplicó hasta casi 4.000 millones de euros en 2022, la desaceleración hacia el final del año subraya las preocupaciones sobre la competitividad. Desde la adopción de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), Estados Unidos ha atraído más del 50% de la inversión mundial en baterías, superando a la Unión Europea (UE) en atractivo de inversión", ha subrayado Clepa en un comunicado.
No obstante, la organización ha resaltado que "inversores chinos" anunciaron dos proyectos de producción de baterías para vehículos eléctricos en la UE en la segunda mitad de 2022 valorados en unos 8.400 millones de euros. Sin embargo, Volkswagen ha anunciado que sopesa trasladar el proyecto de una planta de baterías en Europa del Este a EEUU para aprovechar las subvenciones que da el Gobierno de Joe Biden.
Proveedores en apuros
El 77% de los proveedores de automoción en Europa registró un margen operativo (margen Ebit) inferior al 5% en 2022, que es el porcentaje que se necesita generalmente para cubrir los costes de capital y mantener las inversiones a largo plazo, según ha explicado Clepa. La organización ha tildado de "asombroso" el incremento del porcentaje de proveedores de automoción con un margen operativo inferior al 5%, dado que el 77% de 2022 es 36 puntos porcentuales superior al 41% de 2019, antes de la pandemia. Asimismo, el año pasado el 23% de los proveedores de automoción registraron pérdidas, mientras que en 2019 ese porcentaje se situó en el 3%, ha destacado Clepa.
El superávit comercial de los proveedores de automoción europeo se ubicó en torno a los 25.700 millones de euros en 2022, un 10,45% menos que los 28.700 millones de euros de 2021 y un 3% inferior a los 26.500 millones de euros de 2019. "La exportación global de componentes aumentó un 3,4% durante el año, totalizando 53.900 millones de euros. Por el contrario, las importaciones en la UE aumentaron un 20,4% en todo el año, alcanzando un valor de 28.300 millones de euros", ha añadido la organización.
Clepa achaca el "deterioro de la balanza comercial" a la relación comercial de la UE con China. Así, ha argumentado que en 2022 la UE aumentó un 72% la importación de componentes procedentes del país asiático en comparación con 2019.
El empleo se desacelera
En cuanto a la situación laboral del sector en Europa, la organización ha destacado que en la segunda mitad del pasado ejercicio se crearon 3.600 puestos de trabajo y se destruyeron 2.700, lo cual arroja un saldo positivo de 900 empleos. "Desafortunadamente, la creación de empleo se ha desacelerado significativamente desde la segunda mitad de 2020, que fue el pico de los cierres por la pandemia", ha valorado la entidad.
"La transformación de nuestra industria está perdiendo impulso, mientras que en otras regiones se está volviendo más competitiva. Necesitamos una política industrial que se base en los puntos fuertes del mercado único y reconozca la importancia de mantener las cadenas de valor mundiales. Además de aliviar la carga normativa, es necesario revisar las normas sobre ayudas estatales para garantizar el apoyo a la ampliación de la producción de tecnologías y procesos de producción innovadores y sostenibles", ha añadido el secretario general de Clepa, Benjamin Krieger.