La sombra de Trump empieza a ser muy alargada. Al mismo tiempo que aparecen detractores, algunas de sus promesas han removido conciencias y han dado alas incluso al movimiento sindical. Su lema de hacer grande a América otra vez parece que ha arrastrado al principal sindicato de Estados Unidos. La Unión de Trabajadores de Automoción (UAW) ha anunciado una campaña para que los americanos compren coches 'made in USA', en línea con la política de Trump de hacer la vida imposible a las importaciones de vehículos. Pero con un matiz importante: siempre que esos coches americanos se hayan fabricado en condiciones adecuadas y en plantas con presencia sindical.
Desbordados por el sindicalista Trump
Así lo ha anunciado el presidente de UAW, Dennis Williams, en una rueda de prensa. "Tenemos un gran poder como colectivo. Somos un gran mercado imprescindible para los grandes fabricantes", ha indicado Williams. El sindicalista defiende la campaña de anuncios publicitarios llamando al consumo patriótico debido a que "la gente ahora conoce las consecuencias de comprar productos fabricados fuera de EEUU". Efectivamente, la nueva campaña sindical tiene mucho de oportunista al aprovechar el tirón del proteccionismo de Trump. Y también parece un movimiento casi forzado del sindicato para defender la industria local y no quedar desbordados por el 'sindicalista' Trump, que ganó las elecciones gracias en buena parte al voto de zonas obreras desencantadas como la castigada Detroit.
Más presión a Tesla
La campaña sindical quiere matar dos pájaros de un tiro. Además que presionar para repatriar producción, también pretende poner en evidencia a las fábricas que se escapan a los tentáculos de la UAW. Entre ellas se encuentra la planta de Tesla en Fremont (California), que se encuentra en el ojo del huracán tras la denuncia de un empleado que ha explicado las malas condiciones de trabajo en sueldos y accidentes laborales.
