Industria

BYD también sufre, pero menos

El gigante chino de los eléctricos y los híbridos BYD registró en el segundo trimestre de 2025 su primera caída de beneficios pero resiste mejor que sus rivales

Aspecto del BYD Sealion 7

Aspecto del BYD Sealion 7

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  • BYD

Toni Fuentes

31.08.2025 22:21h

3 min

El campeón mundial del coche electrificado también tropieza. BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos e híbridos enchufables del mundo, registró en el segundo trimestre de 2025 su primera caída de beneficios en más de tres años: el beneficio neto se redujo un 29,9% interanual, hasta 6.400 millones de yuanes (895 millones de dólares). El frenazo coincide con la campaña del Gobierno chino para enfriar la guerra de precios en el sector y con una ralentización de la demanda interna.


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Pese al tropiezo puntual, el balance semestral ofrece una lectura más matizada. Entre enero y junio, BYD aumentó sus ingresos un 23,3% interanual, hasta 371.281 millones de yuanes, y logró un beneficio neto de 15.511 millones (+13,8%). Los márgenes se han estrechado —del 18,8% al 18%—, pero la compañía conserva músculo gracias a su escala y a un crecimiento todavía robusto en el exterior.

Ventas en máximos, pero con sombras

En el primer semestre, BYD vendió 1,65 millones de vehículos, un alza del 33% frente a 2024. Sin embargo, la marca solo ha alcanzado el 45% de su ambicioso objetivo anual de 5,5 millones de unidades en los siete primeros meses del año, lo que pone en duda la viabilidad de sus metas.

El mercado chino, donde genera el 80% de sus ventas, encadena tres meses de retrocesos y en julio la producción cayó por primera vez en 17 meses. Un signo de agotamiento en el motor que hasta ahora sostenía su meteórica expansión.

Expansión global: la palanca que compensa

Donde BYD apenas muestra grietas es en su internacionalización. La empresa ya vende en más de 110 países y regiones, y en el primer semestre sus exportaciones crecieron un 173% interanual, hasta superar las 200.000 unidades. En Europa, su marca Denza desembarcó en el Salón de Milán con el modelo Z9GT, y en América Latina y el sudeste asiático multiplica acuerdos con distribuidores locales. El negocio exterior no solo aporta volumen, sino también mejores márgenes gracias a precios más altos que en China.

Lejos de frenar el gasto, BYD ha redoblado su apuesta por la innovación. En el primer semestre destinó 30.880 millones de yuanes a I+D, un 53% más, cifra récord que alimenta proyectos estratégicos como su nueva “Super e-Platform”, el desarrollo de baterías Blade y la expansión de su ecosistema de carga ultrarrápida de 1 MW. También avanza en inteligencia aplicada al coche, con el sistema “God’s Eye” y la integración de drones con DJI en algunos modelos.

El reverso financiero: liquidez en tensión

No todo es expansión. El déficit de capital circulante se amplió a 122.700 millones de yuanes en junio, lo que obliga a una vigilancia estrecha de su liquidez. El compromiso de pagar a proveedores en menos de 60 días, impuesto por Pekín para sanear la cadena de suministro, ha tensionado aún más las cuentas.

El panorama es claro: BYD también sufre, atrapada entre la desaceleración interna, la disciplina impuesta por las autoridades y la feroz competencia. Pero sufre menos que sus rivales, gracias a una diversificación geográfica acelerada, a su fortaleza tecnológica y a la capacidad de seguir creciendo en ingresos y beneficio pese a la caída trimestral.

La era del crecimiento imparable parece haber quedado atrás, pero BYD sigue marcando el ritmo de la transición eléctrica global: con más cautela, con más riesgo financiero, pero todavía un paso por delante del resto.

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