El nombre del inversor Warren Buffett deja de estar ligado a BYD. La firma de inversión Berkshire Hathaway, propiedad del multimillonario estadounidense, ha abandonado por completo su participación en el fabricante de automóviles chino tras 17 años de relación, según confirmó un documento oficial citado por Reuters.
Participa en Auto Mobility Trends 2025 mediante la inscripción en este enlace
El movimiento pone fin a una de las operaciones más rentables de la historia de Buffett en el sector de la automoción: Berkshire compró en 2008 cerca de 225 millones de acciones de BYD por 230 millones de dólares, lo que suponía en aquel momento un 10% del capital. A lo largo de estos años, esa inversión llegó a multiplicar su valor por más de 20 veces.
Según la última presentación financiera de Berkshire, a finales de marzo la participación ya se valoraba en cero, frente a los 415 millones de dólares registrados a finales de 2024. Buffett comenzó a desprenderse de sus títulos en 2022, aprovechando la fuerte escalada en la cotización del grupo chino, hasta completar ahora la salida definitiva.
Transición de BYD
La compañía de Shenzhen reaccionó con cordialidad a la retirada del inversor estadounidense, aunque la cotización de las acciones llegó a bajar más del 3% tras conocerse la noticia. Su responsable de marca y relaciones públicas, Li Yunfei, agradeció en la red social Weibo la “inversión, ayuda y compañía durante los últimos 17 años” de Berkshire, y calificó la operación como un “movimiento normal en los mercados bursátiles”.
El adiós de Buffett coincide con un momento delicado para BYD, considerado el gran rival de Tesla en la carrera global del vehículo eléctrico. Tras años de crecimiento imparable, la empresa ha visto caer sus beneficios trimestrales por primera vez en tres años y medio, en medio de la campaña del Gobierno chino contra la guerra de precios en el sector.
Apoyo a BYD en sus inicios
Las ventas domésticas —que representan cerca del 80% de sus entregas globales— cayeron por cuarto mes consecutivo en agosto, obligando al fabricante a recortar su objetivo anual hasta un 16%, hasta los 4,6 millones de vehículos.
Aunque la salida de Buffett marca el fin de una etapa simbólica para BYD, el balance es innegable: la apuesta de Berkshire en 2008 no solo reforzó la credibilidad internacional de la marca china, entonces poco conocida fuera de Asia, sino que proporcionó a sus accionistas una de las operaciones más lucrativas del legendario inversor