El conductor para el motor, se sienta en el asiento del acompañante o en el trasero, saca un iPad y envía un correo electrónico mediante la conexión a internet del coche. Si lo llega a hacer desde el asiento del conductor, se arriesgaba a una sanción por infracción grave con retirada de tres puntos. ¿Es ese el futuro de internet en la automoción?
Si es así, el recorrido de la integración de internet en los vehículos será muy corto. Porque, ¿de qué sirve tener una conexión específica para el coche si ya tienes un smartphone? Prácticamente todas las marcas están desarrollando sistemas que empiezan a comercializar y que convierten a los vehículos en plataformas de comunicación inteligentes.
El vídeo promocional del nuevo sistema Audi Connect mencionado antes muestra las limitaciones legales y de seguridad a la implantación de la nueva tecnología de la comunicación en la movilidad. Ese sistema permite ver en la pantalla del salpicadero titulares de noticias, aunque será difícil que los agentes de tráfico no multen al conductor si lo pillan leyendo un periódico digital mientras conduce.
Por tanto, convertir un coche en un punto de acceso a internet con Wi-Fi tendrá mucho interés para los acompañantes en el viaje, porque tendrán más facilidades de conexión, entretenimiento e información, y también para el conductor pero desde un punto de vista de seguridad y como mejora de los navegadores.
La marca Parrot lo ha plasmado en su último modelo, Asteroid, que ofrece aplicaciones a través de 3G y el sistema Android relacionadas con la radio, mapas, gasolineras, aparcamientos, tiempo y páginas amarillas.
Con estos condicionantes, será difícil que un conductor pueda responder un e-mail mientras conduce, aunque técnicamente sea posible. La alternativa, como en muchas otras ocasiones, proviene de desarrolladores de aplicaciones que ofrecen soluciones prácticas como la lectura y redacción robotizada de mensajes recibidos en el teléfono móvil. Algo es algo, aunque se puede mejorar.