Tata Motors ha cerrado un acuerdo para adquirir a la familia Agnelli el 100 % del Grupo Iveco —excepto su división de defensa— por 3.800 millones de euros. El gigante indio de la automoción, que ya controla Jaguar Land Rover, consolida así su apuesta por el mercado europeo de vehículos comerciales, un segmento en el que hasta ahora tenía presencia muy limitada. Iveco se sumará a Jaguar Land Rover, también controlada por Tata.
La operación, que incluye las plantas de Iveco de camiones y furgonetas de Madrid y Valladolid, se formalizará mediante una oferta pública de adquisición (OPA) en efectivo a 14,1 euros por acción, lanzada por una filial neerlandesa de Tata, y ha recibido el respaldo unánime del Consejo de Administración de Iveco. El cierre está condicionado a la separación definitiva de la unidad de defensa, que será vendida a Leonardo por 1.700 millones de euros.
Con esta doble transacción, Iveco —emblema de la ingeniería italiana— cambiará de manos y abandonará la Bolsa de Milán, tras décadas bajo el control de la familia Agnelli a través de su holding Exor, que posee el 27,1 % del capital y el 43,1 % de los derechos de voto. Exor ha confirmado que venderá su participación a Tata.
Una compra estratégica y complementaria
"La unión de Tata e Iveco crea un grupo con carteras complementarias, sin solapamientos industriales o geográficos", indicaron ambas compañías en un comunicado conjunto. La nueva entidad contará con más de 540.000 unidades vendidas anualmente y unos ingresos combinados de 22.000 millones de euros.
Para Tata, la adquisición no solo aporta presencia industrial en Europa —donde Iveco genera el 74 % de sus ingresos—, sino también capacidades tecnológicas en camiones, autobuses y motores, sectores en los que la india aspira a crecer rápidamente.
Iveco es, además, el más pequeño de los grandes fabricantes europeos de camiones, por detrás de Volvo, Daimler y Traton, lo que lo convertía en una pieza accesible dentro del juego global de fusiones y adquisiciones. Su negocio de defensa, sin embargo, había sido tradicionalmente un obstáculo para operaciones internacionales de este tipo.
Leonardo se queda con la defensa
Ese escollo se ha resuelto con la compra de Iveco Defence Vehicles (IDV) por parte de Leonardo. La empresa pública italiana, especializada en defensa y aeroespacial, pagará 1.700 millones de euros para integrar IDV y ASTRA en su portafolio, fortaleciendo así su posición en el segmento terrestre, clave para los ejércitos europeos.
La transacción —prevista para completarse antes del 31 de marzo de 2026, sujeta a autorizaciones regulatorias— permitirá a Leonardo ofrecer plataformas blindadas tanto de ruedas como de orugas, con integración de sus sistemas electrónicos de combate. IDV emplea a unas 2.000 personas y tiene presencia industrial en Alemania, Rumanía, Brasil y varios centros de I+D. "Con esta operación, damos un paso decisivo en nuestra estrategia de crecimiento en defensa terrestre", afirmó Roberto Cingolani, CEO de Leonardo.
Italia observa con lupa
El Gobierno italiano ha seguido de cerca la venta de Iveco, consciente de su importancia estratégica. Con 14.000 empleados en Italia y una larga tradición vinculada al Grupo Fiat, el fabricante de vehículos industriales es considerado un activo nacional. Desde el Ejecutivo de Giorgia Meloni se ha señalado que se apoyará la "inversión extranjera de calidad", pero se vigilará el mantenimiento del empleo, la producción local y la protección de capacidades industriales clave.
Iveco ya ha anunciado su intención de repartir un dividendo extraordinario entre los accionistas con los beneficios netos derivados de la venta de la división de defensa, una vez completada la operación.
Intento de venta a un grupo chino
La venta a Tata marca el final de una etapa para Iveco, que ya intentó ser vendida en 2021 al grupo chino FAW Jiefang, sin éxito debido a la oposición del Gobierno y los sindicatos. Esta vez, con una estructura más clara y el foco industrial separado del militar, la operación ha podido concretarse.
Desde su escisión de CNH Industrial en 2022, Iveco ha tratado de ganar autonomía y rentabilidad, con resultados modestos. Ahora, como parte de Tata, entra en una nueva fase donde la escala global, la electrificación y las sinergias tecnológicas serán claves para competir. En los últimos años, Iveco ha firmado numerosas alianzas para acelerar la electrificación con varios grupos. Uno de ellos fue un desastre al destaparse el engaño de Nikola, que posteriormente quebró.