La respuesta de la automoción ante la creciente competencia de China está provocando nervios y discrepancias. Josep Maria Recasens, presidente de Anfac y de Renault España, ha endurecido su postura al advertir contra los nuevos fabricantes chinos que desembarcan en Europa sin aportar valor añadido, como si fueran maquilas. En cambio, el presidente de Sernauto, Javier Pujol, optó por mejorar la competitividad europea incluso asociándose con competidores chinos. El debate ilustra el dilema que atraviesa la industria: atraer inversión extranjera sin convertir a España en un mero taller de montaje.

“Aquí no se puede venir y fabricar cuatro elementos con chapas, neumáticos y asientos, con poco valor añadido”, afirmó Recasens con contundencia en el Foro de la Tribuna de Automoción. “Cuando entren, tienen que comprometerse a generar valor, empleo a largo plazo y propiedad intelectual. Que nos enseñen”.

Defensa de los aranceles

Las palabras de Recasens marcan un giro en su discurso, que hasta ahora había abogado por la libre competencia con reglas claras y recíprocas frente al auge de los vehículos eléctricos chinos. Incluso se veían los aranceles europeos a los eléctricos chinos con escepticismo al considerar que no son la solución. Esta vez, el directivo defendió los aranceles para "igualar lo que no es equitativo" y puso el acento en la necesidad de “poner orden” en un mercado que —a su juicio— se ha abierto de par en par sin exigir contrapartidas industriales reales.

“Hace 50 años, cuando los fabricantes europeos íbamos a China, llamabas a la puerta y te decían cómo podías entrar. Ellos lo van a entender cuando haya reglas claras. No lo hicimos nosotros cuando nos fuimos a China, no lo deben hacer ellos cuando entren en Europa”, remató.

Esta postura es similar a la que expresó el secretario de Estado de Industria, Jordi García Brustenga, en una reciente convocatoria del Barómetro Auto Mobility Trends de Coche Global. “Competimos en precio, pero pedimos que las empresas extranjeras que llegan a España se arraiguen. No se trata solo de ensamblar, sino de producir, innovar y crear empleo de calidad”, subrayó García Brustenga. En este sentido, adelantó que el Plan Auto 2030 incorporará un estándar para identificar las “inversiones bien hechas”, aquellas que demuestren una implicación real con la economía local, la cadena de valor y el I+D.

Discrepancias en el sector

Las declaraciones resonaron especialmente entre los asistentes, en una jornada en la que también participó el CEO de Ebro, Pedro Calef, compañía que se ha aliado precisamente con Chery, uno de los grandes grupos chinos, para iniciar la producción final de vehículos en Barcelona. El proyecto de Ebro, que de momento se centra en un ensamblaje básico, prevé aumentar el grado de integración local en los próximos meses con proveedores españoles.

En el mismo foro, el presidente de Sernauto, Javier Pujol, respondió con un tono más conciliador. “Hay que trabajar con China, para China, desde China y asociados con China para ser competitivos a nivel mundial”, subrayó, reclamando pragmatismo en un contexto de competencia feroz. “Hay que espabilar, ser ágiles, flexibles y diligentes. Hemos ganado una reputación que no podemos perder”. Pujol advirtió que el tejido de proveedores españoles, formado en su mayoría por pymes, se enfrenta a una presión creciente para reducir costes frente a rivales chinos y marroquíes.

También reclamó a Bruselas “mecanismos de financiación” y medidas que permitan a las empresas españolas resistir la transición hacia la electrificación, evitando debates que considera “irresponsables”, como el de la reducción de jornada: “Esto es una Champions, no se gana relajándose”, ironizó.

Seat y Cupra piden acelerar la electrificación

El consejero delegado de Seat y Cupra, Markus Haupt, reclamó un impulso público decidido a la electrificación y a la infraestructura de recarga. “El sector ha hecho los deberes, pero la demanda no crece al ritmo que esperábamos. Necesitamos políticas que garanticen que la transición sea justa para toda la cadena de valor”, afirmó.

Haupt puso como ejemplo a Portugal, donde uno de cada cinco coches nuevos ya es 100 % eléctrico, gracias a incentivos fiscales y exenciones impositivas. “España no puede perder el tren de la nueva movilidad. Tenemos que tomárnoslo en serio, muy en serio”, concluyó.