En un contexto marcado por la incertidumbre y la inestabilidad, con crecientes tensiones geopolíticas y comerciales, donde los aranceles están cobrando un protagonismo excesivo en la gestión de riesgos y la tecnología redefine las reglas del juego, se mantiene una premisa: la sostenibilidad y la adaptación tecnológica siguen siendo prioritarias. Prueba de ello es la descarbonización del sector de la automoción, que avanza de forma imparable gracias a la electrificación y digitalización no solo del vehículo, sino también de su proceso de fabricación y de toda la cadena de valor.
Artículo publicado en Auto Mobility Trends 2025. Descarga en este enlace el Barómetro
Tanto a nivel nacional como europeo e internacional, las ventas de vehículos eléctricos —impulsadas principalmente por las matriculaciones de turismos— están batiendo récords. Esta tendencia va de la mano del desarrollo de nuevas soluciones y modelos de negocio asociados a la nueva movilidad. Por ello, no es casualidad que, como destaca el informe Auto Mobility Trends 2025, la electrificación y las plataformas digitales dominen como áreas prioritarias, ambas con un 67,4% de preferencia en la inversión, muy por encima del 17,4% que concentran el vehículo conectado o el vehículo autónomo. Tendencia que seguirá creciendo ya que no debemos olvidar los factores clave.
Por un lado, la Unión Europea busca reforzar su autonomía energética de forma estratégica, impulsando una economía descarbonizada y digitalizada. En paralelo, las ciudades se enfrentan a la necesidad urgente de mejorar sus indicadores ambientales (CO₂, calidad del aire, ruido). Dos factores determinantes en los que el vehículo eléctrico se consolida como una solución clave.
Ventajas económicas del vehículo eléctrico
Al mismo tiempo, los usuarios empiezan a percibir las ventajas económicas del vehículo eléctrico, especialmente al considerar el coste total de propiedad (TCO), en un momento en el que el mercado ofrece una mayor y más accesible gama de vehículos.
Un escenario en el que las nuevas opciones de adquisición y uso que están surgiendo, donde el renting y la digitalización adquieren un protagonismo creciente, están acelerando de manera imparable el acceso a esta movilidad más limpia, conectada y eficiente.
En definitiva, los datos confirman que la transformación del sector es inevitable. La electrificación ya no es una opción de futuro, sino una realidad de presente que redefine el mapa competitivo y exige a todos los actores adaptarse con rapidez, visión y compromiso.