El Gran Premio de Singapur 2025 volvió a darnos una carrera sin la aparición del coche de seguridad, algo que, hasta el año pasado (que tampoco lo vimos) se había dado en cada carrera celebrada en Marina Bay. El Podcast Técnica Fórmula 1 analiza una carrera que, dentro de lo exigente que fue, gracias a los nuevos chalecos fue un poco menos dura para los pilotos.
Vota por Técnica Fórmula 1 como tu Podcast favorito en este enlace
Cambios de tendencia en el Campeonato
McLaren logró su segundo Campeonato de Constructores, pero la realidad es que en las dos últimas carreras hemos apreciado cambios que nos gustan, pues la competitividad del resto de equipos es real y es un gran aliciente para ver las carreras.
Hablando de la carrera en Marina Bay, un circuito urbano donde el margen de error es mínimo, la carrera no solo mostró talento individual, sino también el pulso de los equipos frente al cierre del ciclo reglamentario antes de 2026.
La victoria de George Russell no solo representa un éxito individual, sino también un síntoma de recuperación para Mercedes, que viene introduciendo mejoras durante las tres últimas carreras, y eso que han sido circuitos bien distintos. Su triunfo, basado en ritmo constante, estrategia limpia y ausencia de errores, devuelve confianza a una escudería que busca consolidarse como alternativa real... y reivindica a un piloto que no tiene contrato para el año próximo, pues la apuesta de Wolff es por Antonelli.
Red Bull, por su parte, demuestra un compromiso con las mejoras del coche de 2025 inusual para un equipo que ya planifica su adaptación a la normativa de 2026. El hecho de seguir invirtiendo en desarrollo subraya su ambición por cerrar el ciclo actual en la cima, a pesar de que el trabajo parece que sólo lo hace Verstappen. Y es que, pese a los problemas mecánicos (en la caja de cambios), el neerlandés mantuvo su segundo puesto, evidenciando una gestión impecable y la solidez estructural del coche.
El caso McLaren
El caso de McLaren resulta más complejo. Aunque su rendimiento en Singapur fue inferior a lo esperado, el equipo certificó su segundo título consecutivo de constructores. Sin embargo, el toque entre Piastri y Norris al inicio deja entrever cierta tensión interna en la gestión de pilotos… ¿o serán esas las “Papaya Rules”?
La escudería británica, aunque consistente, deberá evitar errores de coordinación y desgaste estratégico si quiere mantener su hegemonía. Por no hablar de la poca consistencia en boxes. Esta vez, tenemos que reconocerlo, al menos no la liaron en los pit stop.
Dos actuaciones de sobresaliente
Entre los pilotos españoles, Fernando Alonso protagonizó uno de los mayores contrastes del fin de semana: una parada desastrosa del equipo Aston Martin lo relegó a la 15.ª posición, después de haber hecho una excelente salida y haber ganado varias posiciones. Pero el asturiano, después de un monumental (y más que lógico) cabreo remontó con brillantez hasta la séptima plaza, siendo elegido Piloto del Día (o Hero of the Race, en sus propias palabras). Su actuación volvió a demostrar su capacidad de resiliencia y su lectura superior de carrera.
Carlos Sainz, por su parte y después de una descalificación, destacó por una progresión constante desde la 18.ª hasta la 10.ª posición, lo que confirma su regularidad y su habilidad para maximizar los resultados incluso con un coche menos competitivo.
Singapur: nada de gestión y muchas pruebas para el futuro
La carrera en Marina Bay este año no se basó en la gestión del ritmo: Russell, con medias, tenía a Verstappen con blandas al lado. Sabía que sólo le valía tirar y no dejarse pasar en la salida. Y decidió no hacer una carrera lenta, lo que nos gustó a todos y a él le permitió retener al neerlandés detrás de su Mercedes.
En cualquier caso, Singapur 2025 simboliza el inicio de una transición técnica y competitiva en la Fórmula 1. Por un lado, los equipos ya prueban soluciones con vistas a 2026, y el equilibrio creciente entre escuderías anuncia un campeonato menos predecible, a partir de aquí, aunque casi todo esté decidido.
La prueba asiática, históricamente lenta y táctica, ofreció una de las carreras más ricas en matices del año: una síntesis entre estrategia, fiabilidad, gestión emocional y lectura del reglamento. Y es que, este año al menos, la conclusión es la madurez de la parrilla: las victorias ya no dependen solo de la superioridad técnica, sino de la ejecución integral del equipo.
Mercedes resurge, Red Bull resiste, McLaren consolida su estructura y los pilotos experimentados, como Alonso, siguen recordando que la excelencia también se mide en la adversidad.