Más de 200 personas al año mueren en accidentes de tráfico relacionados con el trabajo. Se trata algo parecido a una plaga que alcanza unos 70.000 siniestros en las carreteras, de los cuales hay más de 200 mortales, más de 1.000 graves y el resto son leves. Un reciente estudio lleva a cabo una radiografía de esa siniestralidad de tráfico de origen laboral y apunta a los colectivos más vulnerables.

El repartidor de Glovo que falleció en Barcelona arrollado por un camión mientras llevaba la comida a un domicilio puede ser un ejemplo de los trabajadores más expuestos al riesgo de accidentes de tráfico durante su jornada laboral o mientras van o vienen del trabajo. 

Con contrato temporal

La siniestralidad laboral en accidentes de tráfico durante la jornada se ceba en los hombres menores de 55 años que trabajan de conductores y operadores de maquinaria móvil con un contrato temporal en empresas de transporte.

Si se tiene en cuenta todos los accidentes de tráfico de origen laboral, los principales afectados son los jóvenes menores de 25 años que trabajan en empresas postales y de reparto y de servicios de comida y bebidas, según alerta el experto en movilidad Manel Ferri en el estudio titulado 'La movilidad al trabajo, un reto pendiente' elaborado por encargo de la DGT. 

Más de 5.000 polígonos

El aumento sufrido por los accidentes de tráfico de origen laboral en los últimos años ha llevado a representar un peso de un tercio sobre el total de accidentes laborales en España. Los datos muestran el "alto coste que supone acudir al trabajo" para muchos empleados, según el estudio. Estos son los llamados accidentes laborales 'in itinere', es decir, en los desplazamientos hacia la empresa o de vuelta a casa. 

El informe llama la atención sobre el problema de incomunicación que sufren la mayoría de los más de 5.000 polígonos industriales existentes en España debido a una escasa o inexistente red ee transporte público o un servicio a la baja ofrecido por las empresas. Además del riesgo para la salud de los empleados, los desplazamientos en coche al trabajo también generan costes elevados por la pérdida de tiempo, con más de 100 horas al año en ciudades como Barcelona