En 2016 Toyota presentó el C-HR. Ahora, cuatro años después acaba de presentar una ligera actualización del modelo Toyota C-HR que hemos probado en vídeo para el canal ARC Motor en Youtube y que reproducimos para la web Coche Gobal en Car Review & Rating. ¿Qué tiene de nuevo este coche?

Presenta ligeros detalles nuevos en la zona exterior, sobre todo en los parachoques y en la iluminación tanto delantera como trasera, la incorporación de nuevos elementos de equipamiento en conectividad y, lo más importante, una nueva motorización bastante más potente que la anterior que abre el mercado a más clientes de este Toyota C-HR 2020.   

En el lateral del coche se puede ver que es algo particular. Tiene una caída del techo que le da ese toque coupé. Hay pocos coches en el mercado que se le parezcan en cuanto al concepto a éste C-HR, que tiene unas formas tan particulares en unos pasos de rueda extremos y tan marcados, la línea de la ventana que sube hacia arriba y que sigue por el alerón. Es un diseño muy conseguido que juega con las sombras. Mantiene la maneta flotante para dejar la puerta trasera lo más limpia posible. En cuanto a llantas, se han incorporado algún modelo nuevo.

Tenemos ocho colores disponibles entre ellos para el acabado más alto un naranja también bastante llamativo que a este coche le da un resultado bastante bueno. Además tiene la posibilidad de montar un color bitono con el techo negro y la parte de abajo de la carrocería del color que escojamos pero en este caso sólo habría siete opciones disponibles con el techo negro.

En la parte trasera vemos unos parachoques de nuevo diseño con nuevos catadióptricos en vertical pero un poquito más pequeños. La iluminación pasa a ser entera en LED con unos llamativos intermitentes dinámicos. El logo de Toyota viene con la zona interior en azul cuando se trata de vehículos híbridos.

Cambios en el C-HR de 2020

El maletero no es de los más grandes del mercado, está en la media, con 359 litros. Como curiosidad el maletero en el 180 H es algo más pequeño que en el 122 con unos 20 litros más porque tiene un hueco con la batería del coche. 

En la parte delantera hay pocas novedades, sobre todo la iluminación que en toda la gama será de LED, incluidas las luces de día, los intermitentes de gran tamaño. Hay un nuevo parachoques, los antinieblas y el logo también con detalles en azul típicos de los híbridos de Toyota.

En cuanto a las plazas traseras tienen una cosa muy particular. Parece que vas algo encerrado básicamente por la forma de la puerta que hace que la sensación de espacio sea justa, lo que no me convence porque hace que te quede la cara tapada. En espacio, a mí con 1,82 metros de altura me quedan todavía cuatro deditos hasta la plaza delantera con mi posición normal de conducción y en cuanto a la anchura tampoco es demasiado grande. Tres adultos van justitos, un adulto y una silla de niño, bien, y dos adultos, también bien. La forma del techo que se une a la puerta hace que me queda bastante justito tanto para entrar como para salir y que haya que agacharse, lo que es incómodo sobre todo para las personas más altas.

En la pantalla principal, que es lo que más cambia con respecto al modelo anterior los botones táctiles pasan a ser botones físicos. El navegador es una opción, aunque el sistema permite la conectividad con Android e iOS por lo que tampoco es imprescindible. 

Motores híbridos más potentes

La unidad que hemos probado monta, de las dos disponibles, la versión más potente 180H o como la llama Toyota la versión Dynamics Force, un nombre bastante bastante sugerente. Esta motorización la hereda del Corolla, donde ya empezó ya empezó a montarse. La versión menos potente es bastante descafeinada, tuve la posibilidad de probarla en otro C-HR y se nota que el 125H de 122 caballos es bastante limitado. Para aquellos que buscan algo más de prestaciones Toyota ha presentado las versiones 1.8 y la 2.0, un motor de 2 litros con cuatro cilindros que entrega 190 newtons metro y en la combinación de este este motor de gasolina con una batería de 80 kilovatios la potencia total de este coche son 184 caballos. Se nota bastante la diferencia con la versión menos potente.

Tiene un punto este coche que a mí no me acaba de convencer. Estos híbridos montan una caja de variador continuo que es como la de un scooter, si quieres acelerar a fondo no tienes unas marchas propiamente dichas, el cuentavueltas no se va moviendo y cuando aceleras se queda clavado en lo más alto de la aguja y hasta que encuentras la velocidad que tú quieres. Es cierto que es bastante suave y que como no tiene cambios de marcha propiamente dichos no tenemos los saltos entre relaciones y por lo tanto no notamos tirones.

Una parte muy importante de este coche su sistema híbrido. Tenemos un motor de combustión y un segundo motor eléctrico que sirve básicamente para mover el coche a velocidades bajas y para dar soporte al motor de combustión a velocidades medias y altas. Conseguimos con este motor eléctrico bajar mucho el consumo porque al ser capaz de moverlo a velocidades bajas cuando hacemos zona urbana conseguimos que el paso de primera a segunda que normalmente sube tanto el consumo lo haga en modo eléctrico o como mínimo con el motor eléctrico empujando también al de combustión.

A velocidades medias y altas este sistema híbrido no ayuda tanto pero sí es cierto que sobre todo a velocidades medias que esté el motor eléctrico va empujando un poquito al coche va dándole ayuda por eso es como si tú vas subiendo un puerto de montaña con la bici y tienes una mano que te empuja un poquito por la espalda. El resultado es que el motor de combustión tiene menos esfuerzo gracias al motor eléctrico. 

Modo eléctrico limitado

Tenemos un pulsador para el EV Mode con el que forzar que el coche haga toda la distancia que pueda únicamente en eléctrico. Es para velocidades bajas y para recorridos de aproximadamente 2 kilómetros, siempre será en función de la carga de la batería pero si vamos a hacer un trayecto corto y nos vamos a mover por ciudad podemos intentar forzar este modo para darle un plus de ahorro al coche. Cuanto solicitamos algo más de potencia, el motor de combustión se va se va a encender. Tenemos tres modos de conducción, el eco, el normal y el sport, aunque no se nota demasiado la diferencia.

En los vehículos híbridos de Toyota hemos visto en la palanca de cambios automática la posición B que ayuda a conseguir una mayor retención y a regenerar la energía para recargar la batería. En este caso no la tenemos, pero sí un modo secuencial que va del 1 al 6 con el que conseguimos, aparte de la retención, una entrega más rápida también de la potencia.

En lugar de cuentavueltas tenemos un indicador con tres posiciones: Charge, Eco y Power. Cuando la aguja está en Charge quiere decir que el coche está regenerando energía y que la batería se está cargando. La segunda posición que tenemos es la posición Eco. En la parte baja indica que el coche está funcionando básicamente en modo eléctrico y en la parte alta que está funcionando el motor de combustión pero con el apoyo del eléctrico. La zona Power nos indica que el motor de combustión está entregando una potencia alta pese a que el eléctrico lo puede estar ayudando. 

El coche tiene una suspensión bastante blanda y suave pese a que cuando quieres forzar un poquito tiene un comportamiento bastante noble y neutro. La dirección es poco directa pero bien asistida, transmite bien, lo justo para un coche de este tipo. En cuanto a los frenos, el coche frena bien aunque a velocidades bajas tienes que coger el tacto porque el sistema híbrido empuja bastante. En general, para hacer un viaje largo el Toyota C-HR 180H es un coche bastante cómodo y adecuado.