La tensión vuelve a escena en el sector metalúrgico de la provincia de Barcelona. La federación de Industria de CCOO de Catalunya ha convocado una primera movilización para el próximo 1 de julio frente a la sede de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM), en respuesta a unas propuestas empresariales que el sindicato califica de “recortes y desregulación”. De nuevo, el absentismo se ha convertido en uno de los asuntos más problemáticos.

La protesta coincidirá con la próxima reunión de la Comisión Negociadora del convenio colectivo, uno de los más importantes al afectar a más de 182.000 trabajadores y trabajadoras del sector.

Tras una asamblea con más de 500 delegados sindicales, CCOO ha decidido dar un paso adelante ante lo que considera “planteamientos inasumibles” de la patronal. Según el sindicato, UPM propone eliminar directamente 15 artículos del actual convenio y modificar otros 15 para flexibilizar las condiciones laborales, suprimir permisos retribuidos y eliminar complementos en situaciones de baja médica, entre otras medidas. Además, tacha de insuficientes los incrementos salariales propuestos y rechaza la intención patronal de recuperar por completo la cláusula de absorción y compensación de salarios.

La rebaja del absentismo, clave para la patronal

“CCOO no puede aceptar este retroceso histórico en derechos laborales. Si la patronal no rectifica, nos aboca al conflicto”, advierte el sindicato, que apela a la unidad y movilización del conjunto del sector.

Sin embargo, desde UPM rechazan de plano la acusación de falta de voluntad negociadora. En un comunicado, la organización empresarial asegura que “desde el inicio del proceso negociador siempre hemos mostrado una actitud abierta al diálogo y de búsqueda de acuerdos razonables, pretendiendo una negociación fluida y transparente”. UPM defiende que ha respondido a todas las propuestas sindicales y subraya su preocupación por reducir el absentismo laboral, que considera un factor que merma la productividad y la competitividad de las empresas.

La patronal recalca que “la complejidad de la negociación no debe confundirse con una actitud obstruccionista” y recuerda que ambas partes han seguido presentando propuestas, la última ayer mismo, incluso ofreciendo incrementos salariales por encima del IPC actual para lograr un acuerdo adaptado a la realidad de un sector que va desde microempresas a grandes compañías.

UPM insiste en que “se deben agotar las vías de diálogo, sin medidas de presión ni descalificaciones, para alcanzar un convenio que garantice la estabilidad laboral y la competitividad de las empresas, evitando deslocalizaciones, cierres y destrucción de empleo”.

Subidas salariales del convenio anterior

La negociación se desarrolla en un contexto delicado: el convenio anterior estableció subidas salariales del 4,2% en 2022 y del 3,9% tanto para 2023 como para 2024, con una cláusula de revisión parcial ligada al IPC. El acuerdo evitó huelgas de última hora en 2022, igual que sucedió en Tarragona, donde se pactaron subidas algo mayores. No obstante, la persistencia de una inflación elevada ha vuelto a tensar la mesa negociadora.

La situación recuerda a otros conflictos recientes del metal en España, como el sonado caso de Cádiz, donde las huelgas y los piquetes han parado el sector y han provocado incidentes ante la imposibilidad de cerrar un convenio sin recortes en derechos y con subidas salariales ajustadas a la inflación.