La automoción europea vive un momento de incertidumbre, presión competitiva y transformación. Así lo ha expresado Leopoldo Satrústegui, presidente y CEO de Hyundai Motor España, durante su intervención en la presentación del avance del Barómetro Auto Mobility Trends 2025, en el marco del Salón Automobile Barcelona. Satrústegui ha subrayado que “China tiene más presión para vender coches en Europa”, en un contexto marcado por el endurecimiento de las barreras comerciales y la transición hacia la electrificación.

El evento, organizado por Coche Global, ha reunido a líderes del sector para analizar los grandes desafíos que afronta la industria: los aranceles y las tensiones geopolíticas, la electrificación y la escasez de talento especializado. Según los datos del Barómetro, un 68% de las empresas del sector prevé un impacto fuerte o muy fuerte derivado de la expansión de las marcas chinas. Esta preocupación supera incluso a la generada por los aranceles de la UE a los coches eléctricos chinos (27%) o por las medidas proteccionistas impulsadas por Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump (18%).

Satrústegui ha advertido que el verdadero problema de los aranceles no radica únicamente en su efecto sobre los fabricantes chinos, sino también en los daños colaterales que pueden sufrir los propios fabricantes estadounidenses que importan coches o componentes. “Un arancel del 25% es altísimo. Nosotros, como fabricante global, tenemos capacidad para reaccionar con otros mercados. Por eso los 600.000 coches que vendemos en Europa tienen un peso importante para el grupo. Esto pone presión en otras regiones no afectadas directamente por los aranceles estadounidenses”, señaló.

Leopoldo Satrústegui en el acto de Coche Global

Los planes de electrificación no funcionan

El directivo de Hyundai también ha sido claro respecto al lento avance de la electrificación en España. “Llevamos años hablando con el Gobierno desde Anfac para mejorar los planes, que no funcionan. Tenemos un 12% de coches electrificados, la mitad de la media europea. Vamos muy por detrás”, lamentó.

Aunque ha valorado la reciente extensión del Plan Moves, considera que sigue siendo insuficiente: “Necesitamos que la ayuda llegue al comprador en el momento de la compra. El proceso actual es demasiado complejo y genera desincentivo. Además, las empresas siguen sin incentivos, y en países como Portugal eso sí ha funcionado”.

Satrústegui también ha desmontado algunos mitos sobre la movilidad eléctrica: “Se ha creado la imagen de que hay pocos cargadores, pero no es cierto. El problema es que el consumidor no está aún preparado. Cambiar la forma de viajar cuesta. La transición será más lenta de lo que prevén los reguladores”.

Menos demadna, más envejecimiento del parque

Otro de los puntos críticos abordados fue el deterioro del parque automovilístico en España. “Desde la pandemia se han dejado de vender más de un millón de coches y el parque ha envejecido cuatro años. Si se fuerza la oferta de eléctricos y no se estimula la demanda, se corre el riesgo de que el mercado se contraiga”, advirtió.

Pese a las incertidumbres, el Barómetro revela un ligero optimismo: un 36% de las empresas espera una mejora en 2025, frente al 26% del año anterior. También crecen las expectativas de exportación (47%) y de incorporación de nuevos perfiles profesionales. Satrústegui se mostró también optimista: "El sector está ralentizado en los últimos años y tiene que despertar. En los primeros meses del año los resultados son buenos y las previsiones para 2025 son también buenas a pesar del impacto de los aranceles y la normativa de electromovilidad".

El acto ha contado con la participación de otros referentes del sector, como Elena Riber, directora de Movilidad y Automoción de Adecco; Sergio Alcaraz, presidente del Clúster de la Industria de Automoción de Cataluña (CIAC); Tomàs Megía, director de la Oficina de Automoción de la Generalitat, y José Miguel García Guirado, director de Automobile Barcelona.