Los camiones con las lunas de Saint Gobain han vuelto a salir este lunes desde Tarragona a varias fábricas de automoción españolas que estaban al borde del parón. Un acuerdo alcanzado entre la dirección y el comité de empresa sobre recolocación e indemnizaciones de los 120 empleados afectados por el cierre del horno de cristal de L'Arboç ha permitido que los coches que bloqueaban la puerta del almacén abandonaran el lugar en el que estaban estacionados gracias a un vado 'fantasma'.

El acuerdo se ha alcanzado en la madrugada del domingo al lunes tras 15 horas ininterrumpidas de conversaciones con la mediación del departamento de Trabajo de la Generalitat. Un primer intento de preacuerdo fracasó después de que la plantilla exigiera más garantías. Con la desconvocatoria de huelga, los sindicatos ponen además fin al bloqueo del centro logístico de Bellvei y a las interrupciones de las cadenas de suministro. El bloqueo se había llevado a cabo mediante varios veículos estacionados en la calle frente a la puerta del almacén de Bellvei que la grúa no pudo retirar debido a que el vado de la empresa no estaba registrado en el ayuntamiento

Recolocaciones e indemnizaciones

La desconvocatoria de huelga se materializará a partir de las 06.00 horas del martes 22 de septiembre, cuando los trabajadores volverán al trabajo. En un comunicado, el comité asegura que se ha alcanzado un acuerdo "de mínimos", que está pendiente del pacto final del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y que incluye una garantía de empleo, con recolocaciones para toda la plantilla dentro del mismo grupo Saint Gobain.

Además, se han pactado indemnizaciones de 15.000 euros para una antigüedad inferior a un año, de 30.000 para menos de 4 años y una cantidad superior a partir de cuatro años. Al mismo tiempo, la dirección se comprometería a plantear bajas incentivadas para mayores de 60 años y a dar una garantía de viabilidad de diez años para la división de Sekurit.

La cristalera francesa quiere cerrar la parte de esa planta que produce vidrio plano para el sector del automóvil y repartir la carga de trabajo que se hace en Cataluña entre fábricas situadas en Alemania, Francia, Polonia y Egipto, según los sindicatos.