La industria de automoción europea vuelve a mirar con preocupación hacia Asia. Tres años después del colapso del mercado de los semiconductores que paralizó fábricas enteras tras superar la pandemia, resurge el fantasma de la crisis de los chips, esta vez por una disputa geopolítica entre China y Países Bajos que amenaza con cortar el suministro de semiconductores básicos para los fabricantes componentes y de vehículos, así como de otras industrias.
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El origen del conflicto está en Nexperia, el productor neerlandés de chips controlado por el grupo chino Wingtech Technology, cuya filial en China detuvo en octubre todos los envíos internacionales después de que Pekín prohibiera sus exportaciones. La medida fue una represalia directa tras la decisión del Gobierno holandés de tomar el control de Nexperia y destituir a su consejero delegado chino, Zhang Xuezheng, alegando “deficiencias de gobernanza” y riesgo de apropiación tecnológica por parte de su matriz asiática.
Aunque la unidad china ha reanudado parcialmente las ventas, lo hace solo dentro del país y bajo liquidación en yuanes, un cambio significativo respecto a las transacciones anteriores en dólares o euros. La compañía ha ordenado además que todas las operaciones con clientes locales también se realicen en la moneda china, en un intento por operar de manera más independiente de su matriz europea.
Europa teme nuevos paros de producción
La incertidumbre ha encendido las alarmas entre los proveedores de automóviles del continente. Fuentes del sector confirmaron que fabricantes como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz han recibido advertencias sobre posibles retrasos en las entregas de chips y han iniciado la búsqueda de proveedores alternativos. Por el momento, Volkswagen aseguró que su producción no se ha visto afectada, pero admitió que no puede descartar interrupciones a corto plazo si la situación persiste.
La Asociación Alemana de la Industria de Automoción (VDA) advirtió de "importantes restricciones de producción, posiblemente incluso a paradas de producción", en un futuro próximo si la interrupción en el suministro de chips Nexperia no se puede resolver a corto plazo. Desde entonces, la VDA ha estado en contacto con las empresas afectadas, la industria, el gobierno alemán y la Comisión Europea. El objetivo actual es encontrar soluciones rápidas y pragmáticas.
“Este es un asunto extremadamente delicado”, aseguró Benjamin Krieger, secretario general de la Asocaición Europea de Proveedores (CLEPA). “Instamos a todas las partes a abordarlo con integridad y cautela. Contamos con una cadena de suministro profundamente interconectada y la transformación de la movilidad europea depende de un ecosistema de semiconductores estable”, añadió.
Chips en 700 componentes
Los proveedores de automoción están sufriendo "graves consecuencias como productores intermedios", que operan entre las fábricas de componentes críticos y los fabricantes de vehículos. CLEPA recuerda que la interrupción se produce a pesar de las reiteradas solicitudes de los proveedores para diversificar el abastecimiento y las ubicaciones de producción tras la última crisis de los microchips. "Esta situación es un claro recordatorio de la necesidad estratégica de fortalecer las capacidades locales", añadió.
Los chips son esenciales para la electrónica de los vehículos y para hasta 700 componentes críticos como los sensores de radar, que por sí solos consumen alrededor de un millón de chips a la semana, según explica la asociación.
El Ministerio de Economía alemán ha convocado a los principales fabricantes y proveedores para evaluar el impacto del bloqueo y coordinar una respuesta conjunta. En paralelo, el ministro neerlandés de Economía ha mantenido conversaciones con su homólogo chino sin lograr, por ahora, una solución diplomática.
Una grieta en la cadena global del chip
Nexperia fabrica grandes volúmenes de semiconductores “básicos” —no de alta gama, pero esenciales— utilizados en sistemas eléctricos, sensores y controladores de los vehículos modernos. La mayoría de estos chips se producen en Europa, pero se envasan en China, lo que coloca a la empresa en el epicentro de la disputa entre ambos países.
Ante la incertidumbre, Nexperia busca nuevos socios de envasado fuera de China, aunque el proceso podría llevar meses. La compañía ha advertido además a los clientes de que no puede garantizar la calidad de los productos procedentes de su filial china, lo que ha generado fricciones entre ambas partes. La unidad china respondió en redes sociales acusando a la matriz holandesa de “generar dudas infundadas” y anunció que explorará acciones legales.
El recuerdo de la escasez de 2021
Los fabricantes de automóviles todavía recuerdan el colapso de 2021, cuando la falta de chips forzó paradas en serie en plantas de Volkswagen, Ford, Toyota o Stellantis. Aunque esta vez el origen es político y no logístico, los expertos advierten de que la dependencia estructural de Asia sigue siendo el talón de Aquiles de la automoción europea.
Fuentes de la industria señalan que, si bien existen alternativas como Infineon (Alemania), NXP (Países Bajos) o Texas Instruments (EEUU), recalificar componentes lleva tiempo y requiere la aprobación de los fabricantes, lo que podría agravar los cuellos de botella si la disputa se prolonga.