El consejero delegado del grupo automovilístico alemán Mercedes-Benz, Ola Källenius, sigue con su cruzada para conseguir que la Unión Europea (UE) anule la actual prohibición de matricular coches con motor de combustión a partir de 2035 y la sustituya por una “regulación más flexible” que permita una transición más realista hacia la movilidad eléctrica.

En declaraciones durante una cumbre automovilística organizada por la revista Auto motor und sport en Stuttgart, Källenius advirtió de que “un cambio al cien por cien a eléctricos es imposible” dentro del calendario fijado por Bruselas. Por ello, instó al Gobierno alemán a defender en las negociaciones comunitarias “una posición muy fuerte” frente a una medida que, según dijo, podría tener “un impacto económico existencial” para la industria.

“Estamos ante una cuota de mercado del 16 % de eléctricos en las nuevas matriculaciones en toda Europa. Pensábamos que estaríamos más arriba a estas alturas. ¡Sólo nos quedan nueve años! Por eso se debería realizar un balance y reajustar”, subrayó el directivo.

El ejecutivo sueco insistió en que no todos los países de la UE están preparados para una transición total al vehículo eléctrico. “De 27 países, sólo seis o siete han avanzado de forma significativa en infraestructura de carga, entre ellos Alemania. Los otros 20 apenas comienzan. Falta imaginación para entender cómo van a llegar al 100 % eléctrico en sólo nueve años”, lamentó.

Transición de la combustión a los eléctricos

Källenius defendió la necesidad de mantener un periodo de transición que permita coexistir a la combustión y la electrificación mientras se desarrollan las redes de recarga y se consolidan las tecnologías de baterías.

El llamamiento del máximo responsable de Mercedes se produce apenas una semana después de la cumbre automovilística celebrada en Berlín, presidida por el canciller Friedrich Merz, en la que participaron los jefes de Gobierno de tres estados federados con fuerte presencia industrial del sector. En ese encuentro se abordó precisamente la competitividad de la industria alemana frente al auge de los fabricantes chinos y las exigencias del Pacto Verde europeo.

Con su intervención, Källenius se suma a las voces del sector que piden revisar el calendario de descarbonización de la automoción europea. Una postura que, previsiblemente, reavivará el debate en Bruselas sobre el futuro del motor de combustión y la neutralidad tecnológica en la movilidad del continente.