La implantación de la medida de flexibilidad de un alargamiento de la jornada laboral hasta 9 horas en la fábrica de Mercedes de Vitoria ha abierto un nuevo conflicto. El sindicato UGT ha impugnado la medida y reclama la marcha atrás y compensaciones al considerar que no se ajusta a los requisitos previstos en el convenio colectivo. 

UGT reclama la nulidad de la activación de la novena hora al considerar que no respeta las prioridades y regulaciones pactadas en el convenio colectivo. También exige que estas horas se consideren extraordinarias y que se permita su compensación económica o en descanso equivalente. Trasuna reunión de conciliación, persiste el conflicto y UGT confirmó que seguirá adelante con su demanda judicial.

CCOO no se adhirió a la solicitud de nulidad, ESK mantiene su propia demanda y otros sindicatos, por el momento, no se han pronunciado. Mientras, la dirección lamenta que la medida no haya sido aceptada aún, aunque mantiene abierto el diálogo de cara a consolidar un sistema de trabajo tras el verano.

El trasfondo: baja producción y transición industrial

El contexto de fondo es complejo. La planta de Mercedes de Vitoria, que vive una caída de volúmenes en la producción de furgonetas, se encuentra inmersa en la preparación de sus instalaciones para la llegada de nuevos modelos eléctricos e híbridos, decisivos para el futuro industrial en Euskadi.

El convenio colectivo de la factoría contempla la ampliación de jornadas de ocho hasta nueve horas por turno como una de las alternativas ante picos de producción, pero establece un orden de aplicación: primero agotar jornadas industriales de lunes a viernes, después habilitar sábados, y solo más adelante recurrir al alargamiento de jornada en dos turnos de 9 horas. UGT denuncia que este orden no se está respetando y alerta de “desgaste físico y psicológico” en la plantilla si se prolongan las jornadas largas durante meses.

Impacto económico y clima laboral enrarecido

El sindicato advierte también del posible impacto económico para los operarios, ya que el 70% de la paga de resultados de marzo se calcula sobre índices de absentismo, producción y calidad. Un aumento del desgaste y las bajas podría mermar nuevamente estos complementos, como ya sucedió en años anteriores.

La propuesta de la empresa busca compensar el alargamiento de jornada con siete días laborables extra de vacaciones para los trabajadores afectados, a disfrutar entre octubre y diciembre en grupos de tres o cuatro jornadas. Además, se plantea declarar festivo para toda la plantilla el próximo 5 de septiembre, así como contratar a 300 trabajadores adicionales a partir de octubre para cubrir las ausencias derivadas de la reorganización.