La huelga de los 50.000 trabajadores de General Motors de Estados Unidos ha entrado ya en los anales de la historia. La protesta convocada por el sindicato United Auto Workers (UAW) paraliza las fábricas de GM desde hace un mes mientras se negocian mejoras laborales en el convenio colectivo. Una de las claves de este largo conflicto laboral es la caja de resistencia del sindicato, que permite la distribución de fondos de solidaridad entre los huelguistas.

Los empleados en huelga llevan un mes sin cobrar su sueldo pero siguen paralizando la actividad de producción de vehículos en las factorías de GM. Para evitar las deserciones de los huelguistas por agotamiento o por la necesidad de recobrar sus ingresos, UAW ha anunciado que aumenta el pago que hace a cada trabajador que secunde el paro. A partir de ahora, la caja de resistencia del sindicato abonará 275 dólares a la semana en lugar de 250 dólares que pagaba hasta ahora.

Sacrificio de los empleados

"Esta decisión refleja el compromiso de UAW y la solidaridad con todos nuestros afiliados y sus familias que han tomado la valiente decisión de proteger la forma de vida de nuestra clase media", ha asegurado el presidente del sindicato, Gary Jones, en un comunicado, en el que destaca que "los afiliados de UAW y sus familias están sacrificándose" por la plantilla.

A pesar del 'subsidio' que reciben los huelguistas, algunos empleados han tenido que buscar empleos alternativos para buscar ingresos con los que compensar la pérdida del salario de GM. 

El incremento de la cantidad que abona la caja de resistencia se interpreta como una señal de UAW a GM de su voluntad de seguir paralizando sus 33 plantas de producción y 22 centros de distribución de Estados Unidos.

Impacto en México y Canadá

Entre las demandas de la plantilla de GM se encuentran el cese de la deslocalización de inversiones y producción de EEUU a México y la consecución de mejoras en el seguro sanitario y en los sueldos. En su última oferta, la compañía plantea invertir en los próximos años 9.000 millones de dólares en Estados Unidos con mejoras salariales y la conversión de empleos temporales en indefinidos.

La consultora J.P. Morgan estima que la multinacional está perdiendo unos 500 millones de dólares cada semana por la paralización de la producción, que extiende sus efectos a otras factorías de México y Canadá. Además, unos 75.000 empleados de proveedores de componentes o de servicios de GM se han visto afectados por el conflicto laboral.