Ford ha alcanzado un acuerdo con el sindicato IG Metall para recortar 2.900 empleos en su planta de Colonia, Alemania, como parte de un plan de reestructuración en respuesta a la débil demanda de sus nuevos modelos eléctricos, Explorer y Capri. La compañía y el comité de empresa anunciaron que los despidos serán principalmente voluntarios y contarán con indemnizaciones “generosas y significativamente superiores a las habituales en la industria”, según declaró Benjamin Gruschka, presidente del comité.
El pacto forma parte de un marco de protección laboral que se extiende hasta 2032 y cubre a más de 10.000 empleados de la planta. Sin embargo, el sindicato IG Metall advirtió que el futuro de la producción en Colonia sigue siendo incierto, pese a la red de seguridad ofrecida en el acuerdo, que aún debe ser aprobado en votación por los trabajadores.
La planta de Colonia, que Ford transformó en un centro de producción de vehículos eléctricos tras invertir 2.000 millones de dólares, enfrenta ahora la realidad de unas ventas muy por debajo de lo esperado. Los modelos Explorer y Capri, desarrollados sobre plataformas de Volkswagen, no están teniendo la aceptación prevista, lo que ha obligado a la compañía a reducir su jornada laboral en el primer trimestre de 2025.
La planta de Valencia, al margen
El recorte de empleos en Alemania se enmarca en un ajuste más amplio que afectará a 4.000 trabajadores en Europa antes de finales de 2027, incluidos 800 en Reino Unido, como parte de su estrategia para reducir costes y garantizar la viabilidad de su negocio regional. Ford busca adaptarse a un mercado eléctrico europeo impactado por la competencia intensa y la demanda inferior a las previsiones.
Mientras tanto, la planta española de Almussafes se libra de este nuevo ajuste, tras un plan de transición previamente acordado que incluyó un ERE de más de 600 personas y que asegura la producción de un modelo híbrido a partir de 2027.
Ford ha reiterado su petición al gobierno alemán para que impulse mayores incentivos e infraestructura de recarga que permitan acelerar la adopción del coche eléctrico. Con su plan de ajustes, la compañía refuerza su estrategia de concentrar su producción europea en las plantas de Colonia y Valencia, tras confirmar el cierre de la fábrica de Saarlouis, que supondrá 3.500 despidos adicionales.