La Conferencia por el Cambio Climático de Naciones Unidas COP27 celebrada en Egipto finalizó con un acuerdo de buenas intenciones pero con una profunda fractura sobre cómo frenar las emisiones de CO2. Se adoptó una resolución para crear un fondo que palíe los daños climáticos que ya sufren los países más vulnerables, pero no hubo acuerdo para reducir las emisiones contaminantes pese al empeño de la Unión Europea. 

La conflictiva cumbre, en el contexto de una crisis energética mundial provocada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ha dejado al descubierto serias discrepancias sobre cómo el mundo debería navegar la transición para alejarse de los combustibles fósiles, y se ha quedado corta a la hora de promover las ambiciones de COP anteriores para controlar las emisiones dañinas de gases de efecto invernadero.

El resultado, respaldado por casi 200 países en la madrugada del domingo, es una decepción para la Unión Europea, que había comenzado el sábado amenazando con retirarse si el texto no fortalecía la ambición de reducir las emisiones de carbono. A pesar de algunos cambios menores, reiteró en gran medida el lenguaje de la reunión de Glasgow del año pasado sin que se haya logrado un compromiso más amplio para reducir gradualmente los combustibles fósiles, en lugar de solo el carbón, ni un objetivo para reducir las emisiones globales para 2025.

Veto a vehículos de combustión

El desacuerdo de la COP27 en mateira de combustibles fósicles supone un jarro de agua fría para la alianza mundial integrada por más de 200 países, fabricantes y regiones, en la que ha entrado España, para impulsar que todas las ventas de nuevos automóviles y furgonetas sean cero emisiones en 2035 como muy tarde en los principales mercados (como se pretende hacer en la UE) y en 2040 a nivel global. La coalición, denominada Accelerating to Zero (A2Z), amplía la declaración de Vehículos Cero Emisiones de Glasgow (COP26) nacida para eliminar las ventas de coches y furgonetas de combustión a partir de 2035 en los grandes mercados.
 

El acuerdo de Glasgow fue firmado por más de cien entidades y países (31), entre los que no estaban los mayores productores de vehículos del mundo: China, Estados Unidos, Japón, India, Corea del Sur, Alemania, México, Brasil, España y Tailandia, por ese orden, según datos de 2021. España es por ahora el único del "top 10" mundial en sumarse a esta iniciativa, a la que también se ha adherido Francia, mientras que el resto de los gigantes del motor se mantiene al margen.

El acuerdo de mínimos establece un consenso respecto a la "necesidad inmediata" de aportar recursos financieros "nuevos, adicionales, predecibles y adecuados" para ayudar a los países en desarrollo que se encuentran en una posición vulnerable respecto a los impactos "económicos y no económicos" del cambio climático. En este sentido, se hace referencia a los desplazamientos forzados y los efectos en el patrimonio cultural, la movilidad y la vida, así como a los medios de subsistencia de las comunidades, por lo que subrayan la importancia de dar una respuesta "eficaz y adecuada" a las pérdidas y daños.

Fondo para afectados del cambio climático

Los países han acordado que aquellas naciones que más emisiones emiten también puedan contribuir al fondo, como es el caso de China e India. Ese fue, precisamente uno de los aspectos que estuvo a punto de hacer saltar por los aires la cumbre el sábado por la mañana, junto al hecho de que estuvo a punto de caer el objetivo de limitar el incremento de temperatura global a 1,5ºC. Estas cuestiones fueron marcadas como líneas rojas para la Unión Europea que el sábado por la mañana anunció que estaba dispuesta a marcharse de Egipto sin acuerdo porque no sería "cómplice" de un mal acuerdo.

Sin embargo, quedan muchos detalles por concretar como la cantidad destinada a este fondo y cómo se llevará a cambo el abono de las pérdidas y daños causados.Finalmente la resolución se aprueba tres décadas después de que Vanuatu demandase un fondo de seguro para las naciones insulares por la subida del nivel del mar, según informa Bloomberg.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha celebrado la aprobación de este fondo que constituye "un símbolo político para reconstruir la confianza perdida", aunque ha lamentado que "claramente esto no va a ser suficiente". "Las voces de aquellos que hacen frontera con la crisis climática deben ser escuchadas. Naciones Unidas va a apoyar estos esfuerzos en cada paso del camino", ha asegurado tras valorar que esta cumbre ha supuesto un "importante paso hacia la justicia".

Decepción

"Si bien el progreso en pérdidas y daños es alentador, es decepcionante que la decisión en su mayoría copió y pegó el lenguaje de Glasgow sobre la reducción de las emisiones, en lugar de tomar nuevos pasos significativos", explica a Bloomberg la directora ejecutiva del Instituto de Recursos Mundiales, Ani Dasgupta. "Es alucinante que los países no hayan reunido el valor para pedir la eliminación gradual de los combustibles fósiles, que son el principal impulsor del cambio climático", ha lamentado.

El avance en pérdidas y daños se ha producido después de una serie de negociaciones de última hora sobre cómo abordar el creciente número de víctimas que el cambio climático está cobrando a las naciones en desarrollo que han contribuido poco a las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el fenómeno. El problema adquirió una nueva urgencia tras las inundaciones del monzón este verano en Pakistán que dejaron más de 17.00 muertos y causaron pérdidas por al menos 30.000 millones de euros.