Tesla ha cerrado el segundo trimestre de 2025 con una caída del 13,5% en sus ventas globales, en un contexto marcado por tensiones políticas y el desgaste de su gama actual. Entre abril y junio, la compañía entregó 384.122 vehículos, lejos de las 443.956 unidades del mismo periodo del año anterior, mientras que la producción alcanzó los 410.244 automóviles, superando las previsiones de fabricación pero quedándose corta en ventas.
El descenso de las ventas del 13,5% supone un porcentaje casi igual al del trimestre anterior, aunque con la diferencia de la marcha atrás que dio Elon Musk, el CEO de la compañía, en su participación en el Gobierno de Donald Trump como responsable de los recortes. El gesto no parece haber tenido por ahora un efecto de alivio en el castigo a las ventas de Tesla, que coincide con una nueva tormenta política en la que Trump amenaza con deportar a Musk a Sudáfrica, su país natal.
Por modelos, Tesla entregó de abril a junio 373.728 unidades de los Model 3 e Y, mientras que los Model S, X y el Cybertruck sumaron apenas 10.394 entregas, sin un desglose oficial. Además, desplegó 9,6 GWh de productos de almacenamiento energético, reforzando su negocio de baterías como segunda palanca de crecimiento.
Subida en bolsa pese a todo
A pesar del descenso de ventas, la cotización de Tesla subió un 5% tras la publicación de resultados preliminares. Los inversores valoraron que la caída fue menos severa que los peores pronósticos, algunos de los cuales rebajaban las entregas a apenas 360.000 unidades. Sin embargo, la acción acumula una pérdida cercana al 25% en lo que va de año, reflejando la inquietud sobre su capacidad de crecimiento sostenido.
En su mercado clave, China, Tesla registró una caída del 10% en ventas trimestrales, aunque junio mostró un ligero repunte gracias a la renovación del Model Y. En Europa, el panorama es más sombrío: las ventas en mayo cayeron por quinto mes consecutivo (-27,9%), incluso cuando la demanda de eléctricos en la región creció un 25%, confirmando que la erosión de su cuota de mercado no responde a un problema general de su segmento. Sin embargo, en junio Tesla recuperó el primer puesto en el mercado de eléctricos en España.
Musk vs Trump: guerra política con impacto industrial
El descenso de las ventas se produce en plena tormenta política entre Elon Musk y el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha amenazado con retirar los créditos fiscales de 7.500 dólares por vehículo eléctrico, clave para sostener la demanda en un momento de tipos de interés altos. Trump no solo cargó contra Musk esta semana, sino que llegó a insinuar su expulsión del país, calificándolo de “enfadado” por la posible eliminación de subsidios y acusándolo de ser un empresario dependiente de ayudas públicas.
Por su parte, Musk advirtió a los legisladores republicanos de que perderán las primarias si apoyan los megaproyectos presupuestarios de Trump, agudizando un enfrentamiento que sacude tanto a Wall Street como a la base industrial estadounidense. La disputa añade incertidumbre a un Tesla que busca urgentemente nuevos motores de crecimiento, como la producción de un vehículo eléctrico más económico, cuyo lanzamiento previsto para junio se ha retrasado varios meses, y la entrada en los robotaxis.
Una carrera cuesta arriba
Para cumplir con su objetivo de crecimiento en 2025, Tesla necesitaría vender más de un millón de vehículos en el segundo semestre, un récord histórico en un contexto de competencia brutal de fabricantes chinos como BYD y con la reputación personal de Musk impactando la percepción de marca, especialmente en Europa.
La presentación oficial de resultados financieros llegará el 23 de julio, cuando la compañía ofrecerá su webcast con perspectivas para el cierre del año. Mientras tanto, Tesla se enfrenta a una carrera cuesta arriba: mercados exigentes, una gama que pierde tracción y una batalla política con el potencial de redefinir por completo el futuro del coche eléctrico en Estados Unidos.