Tomando como base la plataforma de los vehículos medianos de la alianza (CMF-B), Renault ha creado el gran Arkana, un SUV coupé con una nueva silueta elegante, sofisticada y muy de marca premium. Hemos podido conducir el Renault Arkana en la prueba para la sección Car Review & Rating de Coche Global. El resultado es una nota media global bastante alta de 8,92 puntos.

Con una distancia al suelo de 200 mm, tiene una posición de conducción elevada, que permite una buena visibilidad y un acceso al habitáculo más fácil. La caída del techo en la parte trasera se ha hecho de forma que quede una altura suficiente en el interior para la comodidad de las plazas de la segunda fila (862 mm) y para que el conductor tenga visibilidad. El maletero es sorprendentemente grande y con tres niveles. El primero está al ras de la boca de la puerta, con lo que al abatir las plazas traseras queda un espacio totalmente plano, el siguiente bajo el piso y todavía uno inferior con compartimentos. Pero quizás la principal baza comercial de este modelo es que todas las versiones tienen etiqueta Eco con motorizaciones gasolina micro híbridas y E-Tech híbridas recargables (no enchufable).

El Renault Arkana no es muy grande mide 4,56 metros de largo (2,72 de batalla), 1,57 de alto y 1,82 de ancho, aunque su aspecto imponente le hace parecer más grande. Este modelo se lanzó en Rusia con producción local en 2019 y ya se anunció su entrada en Europa Occidental en el primer trimestre de 2021. La pandemia no ha retraso los planes, pero los modelos que se venden en España están fabricados en Corea del Sur, por la filial Renault Samsung Motors, en la planta de Busan, el centro de producción más grande de Renault en Asia.

Acabados y precios del Renault Arkana

Renault acaba de lanzar en España la versión micro híbrida con motor de gasolina de 140 caballos, que se comercializa desde 25.745 euro la terminación Intens y 27.740 la Zen. Admite pedidos para la motorización E-Tech con precios que van desde los 27.074 a los 31.558 euros y cuyas primeras unidades llegarán el próximo mes de junio. En el último trimestre del año la gama de gasolina se ampliará con un motor más potente de 160 caballos. 

He podido conducir el Arkana en la versión propulsada con motor de gasolina 1.3 de 140 caballos y terminación R.S. Line, la más equipada y revisada por la división deportiva de Renault, de ahí las siglas RS (Renault Sport), que ha marcado su impronta en el estilo interior y exterior. El precio de esta versión es de 31.780 euros (30.210 euros con descuento). 

El Renault Arkana es sofisticado en su estilo, equipamiento y tecnología. Los ecos de literatura fantástica de su nombre se terminan ahí. Es un coche atractivo por fuera y confortable por dentro, aunque la plaza central trasera es un poco estrecha, penalizada por el ancho de la carrocería. Pero tiene un buen espacio para las piernas.

La terminación RS Line tiene algunos elementos en el exterior que refuerzan su espíritu deportivo, como un detalle rojo en las llantas, una doble salida de escape cromada y unas protecciones delanteras y traseras que buscan imitar las de los monoplazas de F1. 

Lo mejor y lo peor del Arkana

El interior coincide en esta versión con la sofisticación exterior. Tapicerías de cuero y Alcántara con pespuntes e inserciones de carbono en el salpicadero que lleva insertada una fina luz roja horizontal que le da un aire muy racing. Es cómodo aunque el asiento deportivo me pareció ligeramente duro, lo que quizás termina notándose en un viaje largo.

Esta versión que pude probar (aún francesa, porque todavía no hay unidades matriculadas en España), está propulsada por un motor de gasolina 1.3 TCe de cuatro cilindros con inyección directa y turbo. Para conseguir ser un semihíbrido o microhíbrido lleva una batería de 12 voltios que está ubicada bajo el asiento del copiloto. El cambio es automático de doble embrague EDC y siete velocidades que actúa de forma precisa y suave. Además tiene levas tras el volante que giran con él lo que facilita el uso pero no intervienen demasiado, es el cambio el que lleva el peso.

La batería tiene una doble función. En circulación urbana mejora, o más bien adelanta, la entrada del Stop&Start reduciendo el consumo y en el arranque, y por supuesto recupera la energía en la desaceleración. Pero tiene otra función importante que pude probar en el recorrido que hice en carreteras de montaña, alrededor de El Escorial, con curvas enlazadas. Cuando la batería está cargada actúa como un pequeño kers de F1, aporta un poco más de par, de 1.700 a 2.200 rpm. Es muy poco tiempo y tarda en recargarse con lo que cuando ese apoyo no aparece lo echas de menos. Exige tener cierta atención en la forma de conducir, según el recorrido y la carretera. Esta tecnología reduce el consumo que, según mediciones oficiales, es de 5,8 litros a los 100 km en un ciclo mixto, cuidad y carretera. Mi recorrido fue un poco atípico porque tenía muy pocos km en zonas urbanas con lo cual fue ligeramente superior, pero en línea con esa medición. En resumen, reduce el 8% el consumo respecto a un motor sin este apoyo y en un porcentaje similar las emisiones de CO2.

Versiones híbridas

La verdad es que el Arkana se comportó con aplomo en esa línea de asfalto revirado, y los frenos respondieron con seguridad. En autopista y autovía es estable y transmite confianza y confort. Con él me embarcaría en 1.000 km sin descanso.

La versión E-Tech, también en terminaciones Intens, Zen y R.S. Line, que llega en junio tiene diferencias sustanciales. Es un híbrido serie-paralelo con unas baterías más grandes, ubicadas en la parte inferior el maletero, con lo que en esta versión está ligeramente penalizada, pero sólo 33 litros menos. Es una batería de 230 vatios con una capacidad de 1,2 kWh que se recarga en las desaceleraciones, las frenadas e incluso con el motor de combustión. Si no se superan los 75 km/h y tiene carga, puede circular en modo 100% eléctrico. El propulsor es un motor de gasolina con filtro de partículas y 94 caballos y dos eléctricos, uno de arranque de alta tensión de 15 kW y otro de 36 kW. En conjunto suponen una potencia de 143 caballos que se combina con una caja de cambios multimodo sin embrague, heredera directa de la F1 que gestiona los tres motores y la reducción del consumo. Se supone que en cuidad y conduciendo de la forma adecuada reduce hasta en un 80% el consumo. Eso también lo probaremos.


Valoración Renault Arkana RS Line: diseño 9,2; interior 8,8; motor 8,8; conducción 8,9; global 8,92.