Los fabricantes de automóviles en Estados Unidos han iniciado una auténtica campaña de liquidación de vehículos eléctricos ante la inminente desaparición de la ayuda federal de 7.500 dólares, prevista para el 30 de septiembre. Se teme que después de esa fecha pueda haber un abismo con una caída del mercado de vehículos eléctricos en EEUU del 27%.

Marcas como Tesla ya advierten a los compradores en su web: “Fin del crédito fiscal federal de $7,500. Recíbalo antes del 30 de septiembre”. Ford, por su parte, ha extendido hasta esa fecha su oferta de cargadores domésticos gratuitos e instalación para incentivar la compra de eléctricos.

Temor a una caída del 27%

El motivo de esta ofensiva comercial es la legislación fiscal y presupuestaria aprobada por el Congreso, que suprimirá tanto el crédito fiscal para la compra o arrendamiento de eléctricos nuevos como el de 4.000 dólares para vehículos usados. Estos subsidios han sido un pilar clave en el crecimiento de las ventas de eléctricos en la última década.

El impacto potencial es significativo. Un estudio conjunto de las universidades de California, Duke y Stanford estima que las matriculaciones de eléctricos podrían caer un 27 % sin el crédito fiscal. La experiencia reciente en Alemania, donde las ventas se desplomaron tras el fin de los subsidios en 2023, refuerza estos temores.

Trump acelera los cambios

El equipo del presidente Donald Trump, que retomó su mandato este año, trabaja desde finales de 2024 en estrategias para suprimir los incentivos a la compra de eléctricos, al considerarlos contrarios a su agenda energética. Esta decisión ha generado un clima de urgencia entre consumidores y fabricantes.

El precio medio de un vehículo eléctrico nuevo en EEUU sigue siendo elevado: 58.000 dólares en mayo, casi 10.000 más que un coche convencional, según Cox Automotive. A esto se suman las dudas de los consumidores sobre la infraestructura de recarga insuficiente, que lastran la adopción masiva de la electromovilidad.

En el pasado, los fabricantes han reaccionado con ofertas equivalentes a los subsidios para sostener la demanda. Ford redujo drásticamente el precio del Mustang Mach-E tras perder un crédito fiscal en enero de 2024, y GM ofreció incentivos de hasta 7.500 dólares para sus modelos que quedaron fuera de las ayudas.