La teoría conspiratoria del cuánto peor, mejor que encumbró Mariano Rajoy en uno de sus discursos memorables parece que se está cumpliendo en el sector de automoción. El año 2021 va camino de convertirse en uno de los peores pero también en uno de los mejores. El volumen de ventas está cayendo, pero los beneficios están disparados. Ante esta coyuntura paradógica, algunos financieros de los fabricantes automovilísticos seguro que están aprovechando para llevar a cabo un simulacro de lo que puede pasar en un horizonte no muy lejano con un sector del automóvil menguante

Pero, ¿es sostenible el paradógico milagro de márgenes de rentabilidad por las nubes con un menor volumen de ventas? La clave la dio la ministra de Industria, Reyes Maroto, en su intervención ante los proveedores de componentes reunidos por la patronal Sernauto. El Gobierno, dijo Maroto, seguirá facilitando los ERTE, un instrumento con el que "se han salvado muchos empleos" y que el Ejecutivo quiere "consolidar" con la nueva reforma laboral que se está preparando. 

Beneficio patrocinado por el Estado

La ecuación propiciada por la falta de microchips de un descenso de las matriculaciones con ganancias récord en muchos casos se sostiene por el factor decisivo que suponen las ayudas públicas mediante los ERTE o mecanismos similares en otros países. Los fabricantes de automóviles se ahorran una suma muy importante de sus costes fijos al enviar al paro a los empleados afectados por los parones de las fábricas y evitar tener que pagar la cotización entera.

En cierto sentido, los réditos de las marcas automovilísticas están 'patrocinados' por el Estado. Incluso en la situación actual en la que la pandemia ha remitido, muchos de los ERTE se encuadran todavía en el mecanismo excepcional, con rebaja de cuotas sociales, lanzado a raíz de la llegada del coronavirus.

Pero también estamos viendo una nueva estrategia de los fabricantes que consiste en maximizar sus ingresos y sus márgenes dando prioridad a la producción y venta de los vehículos con más valor añadido y, por tanto, más caros. 

Un 'spoiler' del futuro

Esta situación puede ser un 'spoiler' al anticipar los pronósticos a largo plazo, que indican un recorte en las ventas mundiales de vehículos por el cerco al coche de combustión y la irrupción de nuevas formas de movilidad alternativas a la tradicional propiedad. 

El nuevo presidente de Sernauto, Francisco Riberas, hizo suyas las previsiones de algunas entidades que sitúan el mercado mundial de vehículos en 2021 en unos 75 millones, lo que supone un ligero descenso sobre los 77 de 2020 y un 17% menos que en 2019, cuando se alcanzaron los 90,4 millones de vehículos comercializados, según OICA.  

Hay que advertir a los financieros que no se hagan ilusiones porque, con esos niveles de producción, el 'momentum' actual de los beneficios de la automoción no se podría mantener sin los apoyos públicos. La alternativa sería más costosa al tener que recortar capacidad de producción y empleos, aunque se mantuviera la estrategia de dar prioridad a los vehículos caros en lugar del volumen.