La fábrica de Nissan en Ávila respira con algo más de tranquilidad tras el encuentro celebrado entre el jefe de producción de Nissan en Europa, Alan Johnson, y los representantes de los 470 trabajadores de la planta. Johnson garantizó que la factoría abulense no está incluida entre los cierres previstos en el marco del plan global de reestructuración de la compañía japonesa, conocido como plan Re.
Este plan contempla el cierre de siete centros de producción y la supresión de 20.000 puestos de trabajo en todo el mundo. Sin embargo, durante la reunión Johnson trasladó un mensaje claro: la situación global es grave, pero Ávila parte de una mejor posición que otras fábricas dedicadas exclusivamente a la producción de automóviles.
“Aunque ninguna planta es intocable, la de Ávila tiene mejores perspectivas”, afirmó Johnson, según explicó el presidente del comité de empresa, Iván Zazo, en un comunicado interno remitido a la plantilla tras el encuentro.
Cautela de los sindicatos
El directivo europeo descartó “rotundamente” un cierre a corto plazo, aunque matizó que no puede garantizar lo que sucederá en el futuro, dada la incertidumbre que afecta tanto al sector de la automoción como a la propia compañía. “Sobre el papel, el plan Re es la solución, pero es imposible saber si será suficiente para superar la crisis actual”, reconoció Johnson ante los representantes sindicales.
Por su parte, Zazo valoró la “sinceridad” del mensaje, pero pidió a sus compañeros mantener la “cautela”, recordando que en ocasiones anteriores las promesas de la compañía no se han cumplido.
La planta de Ávila, que emplea actualmente a 470 trabajadores, atraviesa un momento de relativa estabilidad gracias a su reciente reconversión industrial, que ha permitido diversificar la producción y reducir su dependencia de las fluctuaciones del mercado automovilístico. Un punto a favor que, por ahora, la sitúa en una posición menos vulnerable frente a la reestructuración global de Nissan.