Cuando miramos atrás, a aquel pasado más lejano de la modernidad actual, siempre lo vemos en blanco y negro. Esto se debe en gran parte a nuestro imaginario audiovisual: aunque la primera película propiamente en color data de 1935, Becky Sharp, el uso de esta tecnología a color no se extendió hasta años después. Por ejemplo, a Reino Unido y gran parte de Europa llegó en 1967, con la emisión por televisión del torneo de tenis de Wimbledon, y en España no fue hasta dos años después que se emitió el festival de Eurovisión a todo color. Las cámaras de vídeo hasta entonces solo grababan en blanco y negro, por eso gran parte de los vídeos del archivo documental de SEAT carecen de color. Hasta ahora.

Un archivo histórico

193.739 documentos, fotos y vídeos llenan el archivo histórico de SEAT. El material se almacena siguiendo tratamientos específicos. “Tenemos desde papel y diapositivas hasta cintas magnetofónicas o cinematográficas, por lo que debemos controlar que se den unas condiciones atmosféricas adecuadas, con unos tratamientos homologados para su conservación”, explica Isidre López, responsable de la Colección de Coches Históricos de SEAT. Actualmente, el archivo sigue recibiendo multitud de documentos, por lo que se está trabajando en la digitalización de todo el material aprovechando los avances tecnológicos. A su vez, han sido estos avances los que han permitido poner color a vídeos hasta ahora en blanco y negro, un material que sale hoy por primera vez a la luz.

La fuerza del color

El color nos permite apreciar con más contundencia los detalles que en blanco y negro pasaban inadvertidos. Se ven los matices, la expresión, la luz y descubrimos una gama de colores mucho más allá de los negros, blancos y grises que recordamos. También sirven para hacer patentes el cambio, la evolución y las diferencias entre épocas. La fábrica de Zona Franca, antes con tonos más oscuros, contrasta con la luminosidad que tienen en la actualidad los talleres de la planta de Martorell, donde predominan los tonos claros. “En cuanto a los modelos de coches, en los albores de SEAT se pasó del negro, verde musgo, azul oscuro, rojo milano y tabaco habana de los primeros vehículos a colores más vivos como el gris luna, el verde agua, el marfil, el mostaza y el beige playa”, comenta López, aunque en las cintas antiguas en blanco y negro se hiciera verdaderamente difícil distinguirlos.

La magia de la transformación

La última tecnología, tan arraigada en SEAT, está también detrás del proyecto de coloreado de las imágenes antiguas de la compañía. La empresa Sinedie ha sido la encargada de dotar de color los vídeos de archivo de finales de la década de 1950, en los primeros años de la marca. La productora, con sede en Madrid y especializada en posproducción, ha aplicado una ardua técnica de tintado que consta de dos partes, una digital y otra manual: primero, a partir de un algoritmo se sube la resolución de la imagen y un código de inteligencia artificial la interpreta para obtener información del color; después, viene el trabajo manual. “Para definir mejor el color real de cada elemento del vídeo, lo separamos del clip, enmascaramos el resto y lo teñimos frame a frame”, explica Pablo Cambronero, jefe de proyecto de Sinedie. Un largo proceso tecnológico que sin duda se plasma en el resultado. “Así se consigue más definición y un color con base histórica”, añade.

Más allá del color, realidad

Esta voluntad de fidelidad histórica ha sido el requisito principal en el coloreado. La documentación previa, con fotos a color y archivos reales de la época, así como el asesoramiento de Isidre López, han sido clave en el resultado final. “Lo más difícil es mantener la naturalidad de la imagen, la verosimilitud ha sido el mayor de los desafíos. Era importante que los colores fueran fieles a la realidad”, apunta Cambronero. Por su parte, López tiene clara la trascendencia de estas imágenes: “Es esta verdad respecto al color la que les añade un valor histórico y emocional incalculable”.

Una historia de evolución

En blanco y negro o a todo color, el tiempo pasa y la tecnología avanza. Gracias a estos avances, ahora podemos ver con otros ojos las imágenes grises del pasado pero a su vez descubrir en ellas mucho del presente. En SEAT, el cambio es evidente: el primer año de producción, se fabricaban 5 coches al día y la fábrica contaba con poco más de 900 empleados. En la actualidad, además de una producción mucho mayor, el diseño y la innovación son puntales para la marca. “La inversión en I+D+I, con el Centro Técnico a la vanguardia de la innovación, y una clara estrategia de internacionalización han supuesto un paso adelante en la consolidación de SEAT”, apunta López. Pero no todo son cambios. Los valores, la capacidad de adaptación y el espíritu de superación se mantienen intactos.

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