La electrificación de la industria de automoción de Francia está provocando alta tensión entre el Gobierno de Emmanuel Macron y la dirección de Stellantis. El Gobierno francés, que es accionista de Stellantis, ha instado a Carlos Tavares, consejero delegado del grupo automovilístico, a repatriar en Francia la producción de coches eléctricos, incluidos los de gama media y baja. Esa decisión afectaría a modelos que actualmente se fabrican en las tres plantas de Stellantis en España, así como a otras de Italia y de otros países europeos.

El Gobierno francés quiere que Stellantis no se limite a fabricar en el país coches eléctricos de gama alta, sino que se esfuerce por hacerlo también con modelos pequeños destinados a las clases medias. El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha afirmado que quiere que "Tavares afronte este desafío", que a su parecer es asumible. En una entrevista en el canal de televisión BFMTV, Le Maire recordó que Stellantis, como otros fabricantes, han recibido ayudas públicas francesas para desarrollar los vehículos eléctricos, e hizo hincapié en que "hay que acelerar el paso" con esa tecnología.

Francia quiere el e-208 de Figueruelas

Bruno Le Maire puso como ejemplo de lo que pide a Tavares el Peugeot e-208, precisamente un modelo que se ha empezado a producir en la fábrica de Stellantis de Figueruelas (Zaragoza). El ministro indicó que una parte del e-208 se puede producir en Francia. "Sé que Carlos Tavares es un hombre de desafíos y que los ha enfrentado de manera brillante en su carrera industrial", indicó Le Maire, que añadió: "Espero que los industriales demuestren un poco de patriotismo económico".

Las fábricas de Stellantis de Zaragoza, Madrid y Vigo producen los modelos eléctricos Opel Corsa, Peugeot 208, 2008, Citroën C4 y varios modelos de furgonetas ligeras, a los que sumará el nuevo Lancia Ypsilon.

Para acabar de meter el dedo en el ojo del todopoderoso directivo bajo presión de Stellantis, el ministro francés ha puesto como referente a Luca de Meo, que ha decidido concentrar en Francia al producción de los coches eléctricos del grupo, incluidos algunos compactos o pequeños como el nuevo R5. Renault tambien tiene como accionista al Estado francés.

Tavares cierra la puerta

Le Maire recordó que Europa ha perdido cinco o diez años con China en la carrera por la tecnología de los vehículos eléctricos, en la que el gigante asiático es el líder mundial, pero se mostró convencido de que esa situación se puede remontar. Para ilustrarlo se refirió a los proyectos de cuatro grandes fábricas de baterías que hay en Francia, con generosas ayudas públicas.

Las declaraciones del ministro de Economía tienen lugar el día en que el diario Le Figaro publica una entrevista con Carlos Tavares en al cierra la puerta a la exigencia del Gobierno francés, aunque refiriéndose a la competencia de Europa con China. Según Tavares, la realidad es que "la estructura de costos del mundo occidental está perfectamente inadaptada para medirse con la de los fabricantes chinos".

Competencia en costes de China

Los coches chinos llegan a Europa con costos entre un 20 % y un 25 % por debajo de los occidentales, según Tavares, y por eso la cuestión para él es ofrecer una movilidad con coches eléctricos a las clases medias a un precio asequible. Por ello, relocalizar la producción en Europa supone aumento de costos -subraya- y "eso nos aleja del objetivo".

Para Carlos Tavares, "la relocalización forzada" no beneficiaría ni a la empresa ni a Francia, y recuerda que entre sus planes está proponer que el Citroën C3 eléctrico se fabrique en Eslovaquia con el objetivo de ofrecer un coche eléctrico por menos de 25.000 euros o incluso de 20.000, y también con ese y tal vez con otros modelos fórmulas de "leasing social", un alquiler de largo plazo.