Tres años después del colapso de los semiconductores que paralizó la automoción europea tras la pandemia, el sector vuelve a enfrentarse al fantasma de una nueva crisis de los microchips con los primeros paros en las fábricas. Esta vez, la chispa no proviene de un desequilibrio entre oferta y demanda, sino de un conflicto geopolítico que ha golpeado directamente a uno de los principales fabricantes de chips básicos del mundo: Nexperia.


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El bloqueo de exportaciones impuesto por China al productor neerlandés —propiedad del consorcio chino Wingtech Technology— está teniendo ya efectos inmediatos en la industria automotriz alemana. Según confirmó el sindicato IG Metall, varias plantas de Bosch han solicitado reducir el ritmo de trabajo ante la falta de suministros de semiconductores.

“Más de 1.000 empleados en Salzgitter se verán afectados de inmediato”, explicó Mario Gutmann, representante sindical de Bosch en Bamberg y miembro del consejo directivo de IG Metall. “Nuestra política de suministro just in time hace que cualquier interrupción tenga un impacto inmediato”, añadió.

Otras empresas del sector de componentes también están preparando solicitudes similares, indicó Horst Ott, jefe regional de IG Metall en Baviera. “Nuestros teléfonos no paran de sonar”, aseguró. “A más tardar la próxima semana, cada gran proveedor y fabricante deberá activar su plan de crisis. Entonces veremos si los planes de emergencia funcionan o no”.

Blume pide una "solución política rápida"

Volkswagen informó que sus fábricas en Alemania podrán mantener la producción solo hasta el próximo jueves, 30 de octubre, mientras evalúa alternativas de suministro. “No se pueden descartar efectos a corto plazo”, advirtió un portavoz de la empresa. El responsable de producción de la marca, Christian Vollmer, señaló que el grupo cuenta con un proveedor alternativo que podría compensar parcialmente la falta de chips de Nexperia.

Sin embargo, el propio Oliver Blume, CEO del Grupo Volkswagen, reconoció la fragilidad del sistema: “A diferencia de la última crisis, esta afecta a chips muy simples, pero imprescindibles. Necesitamos una solución política rápida”.

Microchips del fabricante Nexperia / NEXPERIA

Un conflicto político con efecto dominó

El origen del problema se remonta a principios de octubre, cuando el Gobierno chino ordenó detener las exportaciones de Nexperia como respuesta a la decisión de Países Bajos de asumir el control de la compañía y destituir a su consejero delegado, Zhang Xuezheng, alegando “deficiencias de gobernanza” y “riesgos de seguridad tecnológica”.

Nexperia fabrica en Europa grandes volúmenes de semiconductores básicos utilizados en unidades de control electrónico, sensores, radares y sistemas de gestión de baterías, pero la fase de empaquetado y ensamblaje se realiza en China. Esa dependencia cruzada ha convertido al grupo en el epicentro de una disputa comercial entre Pekín, Washington y La Haya que amenaza con cortar una de las arterias más críticas para la industria europea.

Advertencia de fabricantes y proveedores

La Asociación Alemana de la Industria de Automoción (VDA) advirtió que la interrupción podría derivar en “importantes restricciones de producción, posiblemente incluso paradas de planta” si el suministro no se restablece pronto. “La VDA está en contacto con las empresas afectadas, el Gobierno alemán y la Comisión Europea para buscar soluciones rápidas y pragmáticas”, señaló en un comunicado.

La asociación europea de proveedores CLEPA, por su parte, pidió a todas las partes “abordar el asunto con integridad y cautela”. “Contamos con una cadena de suministro profundamente interconectada, y la transformación de la movilidad europea depende de un ecosistema de semiconductores estable”, subrayó su secretario general, Benjamin Krieger.

CLEPA recordó que los chips están presentes en hasta 700 componentes de un vehículo, desde sensores de radar hasta unidades de control del motor, y que solo los sistemas de radar consumen más de un millón de chips a la semana. “Este nuevo cuello de botella evidencia la necesidad urgente de fortalecer las capacidades locales”, añadió la asociación.

El Ministerio de Economía alemán confirmó que mantiene conversaciones con los fabricantes y proveedores para evaluar el impacto del bloqueo. “Estamos trabajando en medidas”, declaró una portavoz del ministerio, sin ofrecer detalles. Berlín coordina además con la Comisión Europea gestiones diplomáticas con Pekín para restablecer el flujo comercial.

“No aprendimos de la última crisis”

Para IG Metall, las medidas del Gobierno llegan tarde. “¿Por qué no aprendimos de la última crisis?”, se preguntó Gutmann. “Europa debería haber reducido su dependencia hace tiempo. Este no será el último cuello de botella: lo peor es que no hemos logrado posicionarnos adecuadamente”.

La asociación digital Bitkom coincidió en el diagnóstico: el 91% de las empresas manufactureras alemanas utiliza semiconductores, y el 80% los considera insustituibles. “Si hay problemas en Estados Unidos o China, la producción aquí se detiene”, advirtió su presidente, Ralf Wintergerst.

El caso Nexperia ha abierto una grieta en la arquitectura global del suministro tecnológico. Aunque el fabricante ha reanudado parcialmente las ventas dentro de China —y solo en yuanes—, Europa continúa sin acceso a los chips básicos que alimentan sus fábricas.