En un momento crucial para la industria del motor, el Clúster de la Indústria de Automoción de Cataluña (CIAC) ha presentado su nuevo Plan Estratégico 2025-2027, con un mensaje claro: solo a través de la colaboración y la adaptación será posible mantener la competitividad de un sector que representa el 11,2% del PIB catalán y da empleo directo a más de 140.000 personas teniendo en cuenta todas las actividades relacionadas.

El plan, trabajado durante más de un año con la participación de empresas, administraciones y centros formativos, se articula en cinco ejes clave: desarrollo del talento, sostenibilidad y circularidad, innovación y digitalización, prospectiva y adaptación, y colaboración y alianzas.

“El éxito del plan recae en un valor muy enraizado en nuestro sector: la colaboración”, ha subrayado Sergio Alcaraz, presidente del CIAC y directivo de Relats. “Es un plan hecho entre todos, con vocación de sumar y de preparar a la automoción catalana para competir en un mercado global cada vez más complejo”.

Un entorno hostil y volátil

Alcaraz ha destacado la resiliencia del sector en un entorno “muy complicado”, marcado por una transición eléctrica difícil, la incertidumbre normativa y tensiones geopolíticas como la batalla arancelaria con China, que, según dijo, “retrasan decisiones de inversión y generan inseguridad”.

Pese a las dificultades, el clúster constata la entrada de nuevos fabricantes en Cataluña y valora positivamente iniciativas como el Plan de Apoyo al Vehículo Eléctrico de la Generalitat, que prevé movilizar 1.400 millones de euros hasta 2030.

El talento, una urgencia no resuelta

Uno de los temas más reiterados durante la presentación ha sido la falta de talento especializado, en especial en áreas clave como digitalización, inteligencia artificial o ciberseguridad. “Es un tema crítico del que se habla mucho, pero se actúa poco”, ha alertado Nadal.

También ha puesto el foco en esta cuestión Xavier Roca, director general de Industria de la Generalitat, quien ha subrayado que “la Administración debe ser un facilitador, no un freno”. Roca ha ratificado que el Gobierno catalán mantendrá su papel de acompañante en una transición que calificó de “paradójica”: “Tenemos objetivos claros en electrificación, pero el camino es complejo, y el tiempo apremia. En cinco años, nos lo jugamos todo”.

Competir con China y Marruecos

El nuevo plan pone el acento en mejorar la competitividad internacional, repensar la logística y adaptar las cadenas de producción. “El entorno es incierto, pero hay que competir igual”, advirtió Roca, recordando que no solo China, sino también países como Marruecos, están ganando terreno como polos de atracción industrial.

Desde el sector empresarial, la preocupación es evidente. Jordi Miró, CEO de Doga, alertó sobre la “enorme incertidumbre” que afecta a la demanda, provocada por un consumidor “despistado” ante las distintas tecnologías. También mencionó los desafíos en la estabilidad de las cadenas de producción, que antes se caracterizaban por su previsibilidad.

Mireia Arroyo, vicepresidenta del CIAC y directora corporativa de Gestamp, remarcó que el anterior plan estratégico (2020-2024) ya sentó las bases, pero ahora se requiere un salto cualitativo. En la misma línea, Ramón Calderón, vicepresidente del CIAC y responsable de e-Mobility en SEAT, afirmó que el plan 2025-2027 “debe servir como hoja de ruta para rediseñar el futuro del sector con más innovación, más sostenibilidad y más cooperación”.

Pero China también supone oportunidades, como demuestra el caso de la alianza de Chery y Ebro, que ha resucitado la fábrica que dejó Nissan. Pedro Calef, CEO de Ebro, destacó la ventaja que supone el tejido industrial existente en la comunidad. Calef subrayó el reto de adaptación a la velocidad de la innovación para evitar la desaparición de proveedores y otras empresas. "No se trata de solo que vengan empresas, que es importante, sino que vengan empresas que aporten valor", indicó el directivo.

Un llamamiento conjunto

El acto concluyó con un llamamiento unánime del CIAC a empresas, centros de formación y administraciones para “seguir trabajando con determinación” y situar a Cataluña como un hub industrial líder a nivel mundial.

Porque si algo quedó claro en la presentación, es que el tiempo corre y la automoción catalana —con más de 300 empresas en su tejido— se lo juega todo antes de 2035, año a partir del cual no podrán venderse vehículos de combustión en Europa.