El epicentro del sector del automóvil se encuentra ubicado desde hace años en China, pero esta semana se concentra en el Salón del Automóvil de Pekín, que regresa con fuerza después de cuatro años de ausencia. En ese tiempo, la automoción ha dado un vuelco al acelerar la transición hacia los vehículos eléctricos, que han actuado como palancas para la multiplicación de las marcas chinas. Las novedades que se presentan en la edición de Pekín de Auto China 2024 se han disparado, igual que el dominio de los fabricantes chinos, tanto veteranos y consolidados como otros nuevos emergentes.

En los 200.000 metros cuadrados que ocupa el Salón del Automóvil de Pekín, se exhiben un total de 278 modelos electrificados, lo que supone un fuerte incremento del 74% de la oferta de vehículos en la edición anterior de 2020, que llegó a 160 turismos de nuevas energías, según la denominación de las autoridades chinas. 

Galaxia de marcas chinas

Las magnitudes de la edición del retorno del salón tras la suspensión en 2022 por la pandemia de coronavirus son impresionantes. Los más de 500.000 visitantes que se esperan podrán ver 117 modelos nuevos en China, lo que supone también un crecimiento respecto a los 82 de 2020. También crecen todas las cifras en relación con la edición de 2023 del salón de Shanghai, que se alterna con la de Pekín. 

La muestra que se ha abierto al público en la capital china se ha convertido en un escaparate del primer mercado de vehículos eléctricos del mundo en volumen, con una cuota que ya ronda el 50% incluyendo los híbridos enchufables. Pese a la progresiva disminución de las ayudas públicas a la compra de vehículos, los consumidores siguen respondiendo gracias a las rebajas de precios por la fuerte competencia entre una galaxia de grandes, medianos y pequeños fabricantes. 

Volkswagen ID. Code

Pero el Salón de Pekín es también un escaparate de los modelos que se podrán ver en otros mercados internacionales por la creciente tendencia a las exportaciones de los fabricantes chinos, según reconocía Mu Feng, presidente del grupo Great Wall Motor, presente en la muestra con su ecosistema de varias marcas.

Volkswagen contraataca con un prototipo

Entre las novedades sonadas se encuentra el modelo Xiaomi SU7, el primer vehículo, por supuesto eléctrico y ultraconectado con todo, del fabricante de productos electrónicos y electrodomésticos de la marca Mi. El fundador y CEO de Xiaomi, Lei Jun, presumió de haber logrado más de 75.000 pedidos en los primeros días de venta de la berlina. 

Una de las pocas ausencias entre las marcas presentes en el Salón del Automóvil de Pekín es la de Tesla, a pesar de que tiene fábrica en Shanghai y fue una de las pioneras en el impulso del mercado eléctrico en China. La mala experiencia de la edición anterior con una clienta descontenta que se manifestó airadamente puede estar tras esta decisión.

Junto a los fabricantes chinos, que también incluyen grupos que ya han dado el salto a Europa como MG (SAIC), Chery, BYD, NIO y Xpeng, las compañías occidentales pugnan por no quedar arrollados por el poderío local. Un ejemplo es Volkswagen, que ha reaccionado con la presentación del prototipo ID. Code, orientado a competir con los gustos chinos en diseño y tecnología. "La marca Volkswagen cuenta ya con 40 años de historia de éxito en China, y estamos continuando en la nueva era de la movilidad, confirmando así la confianza de nuestros clientes chinos", aseguró Thomas Schäfer, CEO de la marca Volkswagen.