A partir del 1 de enero, la baliza luminosa V16 dejará de ser una recomendación para convertirse en una obligación legal para todos los vehículos que circulen por las carreteras españolas. La medida busca reducir el riesgo de atropellos —especialmente de conductores profesionales—, pero supondrá también un desembolso considerable para miles de empresas de transporte de mercancías y viajeros.
El precio de cada baliza oscila entre 25 y 70 euros, según cálculos de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC). Puede parecer una cifra asumible para un particular, pero no tanto para un sector que mueve flotas enteras.
Dudas de los camioneros
España cuenta hoy con 153.374 empresas de transporte de mercancías, y ASTIC recuerda que las asociadas a la patronal operan de media con 120 vehículos por compañía. Solo tomando el precio mínimo, el coste por empresa supera ya los 3.000 euros. En total, el sector del transporte por carretera prevé superar los 3,8 millones de euros de gasto para cumplir con la nueva normativa.
Pero no todas las dudas están despejadas. Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, advierte a EFE de que la visibilidad de la baliza “no está garantizada” en camiones de gran tonelaje: “Hablamos de vehículos de cuatro metros de altura; en curvas cerradas o cambios de rasante, la V16 puede no verse adecuadamente”.
Los autobuses apoyan la medida
En el transporte de viajeros, el cálculo también es significativo. La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) estima que la implantación obligatoria costará al sector alrededor de 1,5 millones de euros.
Sin embargo, a diferencia del transporte de mercancías, las empresas de autobús acogen la medida con satisfacción. Valoran el dispositivo como “más visible, más rápido de colocar y más seguro” que los triángulos tradicionales, y destacan que su geolocalización permitirá reducir los tiempos de auxilio en carretera, mejorando la seguridad de conductores y pasajeros.
Balizas no homologadas
La llegada de la V16 marca un hito. Según el Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA), en España circulan más de 34 millones de vehículos, y la consultora Impulso by Pons considera que esta obligación supone “un cambio de paradigma” en la gestión de emergencias en carretera.
No obstante, la transición no ha sido sencilla para todos. Por falta de información inicial de la DGT, algunas empresas adquirieron hace años balizas V16 sin conexión de datos, válidas entonces pero no ahora. Tendrán que sustituirlas por las nuevas, duplicando la inversión.
Venta masiva y demanda creciente
La V16 conectada está ya disponible en numerosos puntos de venta, incluidas las oficinas de Correos. Solo en la primera quincena de noviembre se han vendido más de 6.000 unidades, y en lo que va de año suman 55.000 balizas, una cifra que anticipa un cierre de año marcado por las compras de última hora.
La V16 es una pequeña baliza amarilla, autónoma y conectada a la Dirección General de Tráfico (DGT). Lleva un chip GPS y una tarjeta SIM integrada y emite una luz intermitente 360º capaz de verse a distancia en condiciones adversas. Compacta y ligera, debe guardarse en la guantera y colocarse, en caso de avería, “preferiblemente” en el techo del vehículo para activar de inmediato su señal.