Era cuestión de tiempo, pero pocos apostaban a que llegaría tan pronto: Cupra ha firmado en Yakarta la página más brillante de su joven historia en la Fórmula E. Y lo ha hecho con un nombre propio que empieza a resonar con fuerza: Dan Ticktum. El británico se abrió paso entre los lobos veteranos de la categoría para dar al equipo Cupra Kiro su primer triunfo absoluto en la serie de monoplazas eléctricos.
No fue un golpe de suerte. Fue una victoria trabajada con paciencia, ambición y nervios de acero. Las lágrimas de emoción de Alex Hui, director del equipo, apuntaban al calado de la gesta que acaba de hacer Ticktum tanto desde el punto de vista deportivo como para el retorno de la inversión de Cupra y Kiro. El piloto partía quinto y aprovechó con maestría la estrategia del modo ataque, se mantuvo fuera de problemas cuando la carrera se convirtió en un tablero de ajedrez con dos Full Course Yellow y un Safety Car final, y resistió el asedio del Mahindra de Edo Mortara en un pulso de cuatro vueltas que se decidió, como siempre en la Fórmula E, al milímetro.
La escena final fue un símbolo: un Cupra Kiro cruzando la meta con Mortara (Mahindra) pegado a su difusor trasero, y Ticktum golpeando el volante mientras gritaba por radio la frase que todo piloto sueña pronunciar: “¡Lo logramos!”
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De promesa a realidad
Hasta Yakarta, Cupra había rozado la gloria sin besarla. En Tokio se subió por primera vez al podio, pero aún pesaba el lastre de su debut con ABT, aquel socio técnico que terminó siendo un lastre para las ambiciones de Martorell. Ahora, con The Forest Road Company como dueña, Porsche como socio técnico y una estructura nueva bajo el nombre CUPRA KIRO, la apuesta empieza a dar dividendos.
Ticktum resumió el momento mejor que nadie: “Sinceramente, no pensé que la primera victoria llegaría este año. Pero lo que hemos hecho como equipo es notable. Hemos silenciado muchas bocas hoy”. No fue solo su talento, sino la capacidad de Cupra para reaccionar cuando Dennis y de Vries, los favoritos, quedaron fuera de juego por problemas mecánicos y sanciones. Donde otros perdieron la cabeza, Cupra mantuvo la calma.
El valor de un triunfo
Para Cupra, esta victoria no es una estadística más: es una señal de que su nombre ya no es un invitado en la mesa de los grandes. Alex Hui, director del equipo, lo dejó claro: “Hoy no es solo un resultado; es la validación de un sueño que perseguimos desde hace una década. Ahora está claro: Cupra KIRO no está aquí para participar, está aquí para ganar”.
La conquista de Yakarta pone al fabricante español en el escaparate global justo cuando más lo necesitaba. Entre la electrificación masiva de su gama de calle y la presión por diferenciarse dentro del Grupo Volkswagen, la Fórmula E se ha convertido en la bandera tecnológica y emocional de Cupra. Y nada galvaniza a los fans como ganar.
Un nuevo orden
Más allá del triunfo, la carrera dejó imágenes de un campeonato imprevisible: seis ganadores distintos en seis carreras, un Dennis frustrado, un de Vries sancionado y un líder del mundial, Oliver Rowland, que pudo salvar los muebles pese a la penalización. Porsche y Nissan siguen disputándose el trono de equipos y fabricantes, pero ahora hay un invitado incómodo: un Cupra hambriento y crecido.
Lo que hace apenas un año era un proyecto en pañales, hoy tiene un coche competitivo, un piloto valiente y un plan sólido. La siguiente parada: Berlín. Y si alguien cree que Yakarta fue casualidad, haría bien en recordar las palabras de Russell O’Hagan, director de operaciones: “Esto es solo el principio. Convertimos la fe en rendimiento y el rendimiento en victoria”.