Hasta hace unos años, un coche era un objeto esencialmente mecánico. El uso de estos vehículos era bastante tradicional y consistía simplemente en transportar pasajeros y carga de un punto a otro. Esto puede sonar como una perogrullada, pero lo cierto es que el panorama está cambiando muy rápidamente gracias a la incorporación de toda una serie de características digitales en el mercado de los automóviles.

Hoy en día, ya estamos viendo el desembarco de un sinfín de elementos electrónicos en los coches, y esta tendencia hoy continuará acelerándose durante los próximos años. No nos referimos simplemente a características como los elevalunas eléctricos o el control automático de la temperatura. Estamos hablando de características informáticas de última generación que transformarán a los coches prácticamente en ordenadores ambulantes.

El futuro de los coches es más digital que nunca, y esto puede suponer una auténtica revolución capaz de acabar con los fabricantes que no sean lo bastante hábiles como para sumarse a esta nueva tendencia. Aunque diseñar una bonita carrocería y un sistema de dirección asistida está muy bien, los coches de los próximos años apuntan hacia un mundo eléctrico donde la informática será la reina de la fiesta.

Ordenadores integrados

Prácticamente cualquier coche que compremos a día de hoy dispone de un ordenador a bordo. Esta unidad de procesamiento centralizada controla un sinfín de características de los vehículos, desde los limpiaparabrisas hasta las alarmas sonoras cuando alguien no está haciendo uso del cinturón de seguridad. Pero los vehículos de vanguardia están llevando esto mucho más allá para integrar la informática en casi cada rincón del coche.

Hace poco, en Tesla presentaban las nuevas funciones de su ordenador a bordo para mostrar todas las ventajas de tener un coche que puede utilizarse también como consola de videojuegos. Gracias a su reciente alianza con Steam, los Tesla te permiten descargar todo tipo de juegos para disfrutar del mejor entretenimiento digital cuando tienes el coche aparcado, algo especialmente útil si te encuentras cargando la batería del coche. Además, a través del uso del navegador también puedes jugar a slots como Mustang Gold, Book of Ra y muchas otras, así como disfrutar de los servicios de streaming de grandes plataformas como Prime Video, Netflix o HBO. Con todos estos servicios integrados, los coches que no ofrezcan un sistema informático similar lo tendrán bastante difícil para competir en un mercado donde la conducción será solo una parte de todo lo que buscarán los usuarios.

Conducción autónoma

Considerada como el Santo Grial de los coches del futuro, la conducción autónoma está mejorando mucho sus características año tras año, gracias a los avances en inteligencia artificial y a la gran cantidad de información recopilada por los vehículos que ya cuentan con ordenadores integrados a bordo. De nuevo es Tesla la empresa que lidera el mercado en este aspecto, e incluso sus principales competidores como Volkswagen u Honda han reconocido la notable ventaja de la empresa de Elon Musk en este aspecto. Cuanta mayor sea la cantidad de información que manejen estos sistemas de inteligencia artificial, mayor será su precisión y, en consecuencia, mayor será su cuota de mercado, acelerando así el perfeccionamiento de sus características.

El principal obstáculo para que la conducción autónoma desembarque definitivamente en los principales mercados del mundo parece que será más bien legal, y no tanto tecnológico. Los gobiernos ven con bastante reticencia la idea de tener millones de coches sin que sus conductores estén pendientes del volante. En España, los continuos esfuerzos de la DGT para reducir los accidentes de tráfico establecerán sistemas de control realmente exigentes con esta nueva tecnología, cuya aprobación definitiva continúa siendo una incógnita.

Internet satelital

Por otra parte, hace ya bastantes años que nos hemos acostumbrado a tener internet prácticamente en cualquier parte gracias a las redes 4G y 5G de los smartphones. Estas redes funcionan con mucha rapidez, y cada vez es más frecuente que superen en velocidad a la red Wi-Fi de los hoteles o las cafeterías. Sin embargo, cuando salimos de una ciudad y nos adentramos en la carretera, esta conectividad se pierde con mucha frecuencia.

Hoy en día necesitamos estar cada vez más conectados a la red de redes, e incluso un breve traslado en avión o en tren puede resultarnos muy molesto si no podemos usar internet durante el trayecto. Por eso, las constelaciones de internet satelital como Starlink o Kuiper –propiedad de SpaceX y Amazon, respectivamente– están esforzándose para cambiar este panorama, y los coches están listos para integrar estos nuevos sistemas.

Gracias a estas nuevas constelaciones de satélites, los coches pueden aspirar a contar con sistemas de internet satelital en el futuro cercano. La broma de la autocaravana de Los Simpsons que tenía su propio satélite puede ser casi una realidad dentro de muy poco, aunque por el momento esta tecnología requiere del uso de antenas demasiado grandes que difícilmente podrían integrarse en un coche común.

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