La adquisición y uso de un coche conlleva una serie de obligaciones que afectan directamente al conductor. El seguro de autos es uno de estos requisitos que se deben cumplir de forma indispensable para poder salir a la carretera. La contratación de una póliza de aseguramiento es de obligado cumplimiento, ya que es la garantía de que una persona pueda responder ante los daños que pudiera ocasionar a terceros. La oferta de pólizas es muy amplia y la elección de aquella que mejor se ajusta a las necesidades y preferencias de cada uno se ajusta a diferentes criterios como la experiencia al volante, el tipo de coche utilizado o la antigüedad del mismo. 

El seguro a todo riesgo es la opción más completa, ya que cubre al cien por cien todos los daños que sufra el vehículo; además de la obligada parte de responsabilidad civil, que asume el gasto de los posibles problemas ocasionados a otros conductores. Elegir esta modalidad no es siempre rentable, ya que a medida que avanza la vida útil de un coche, el precio del "a todo riesgo" suele subir, pues las posibilidades de daños y averías son mayores. Evidentemente, un ejemplar recién salido del concesionario tiene un nivel de peligro mucho menor, prácticamente mínimo si el propietario lo usa adecuadamente. La recomendación es contratar un seguro que cubra todas las coberturas para coches que tienen una vida inferior a los cinco años. El usuario puede elegir la opción completa o aquella que incluye el pago de una franquicia. La primera es más recomendable para vehículos nuevos, mientras que, a partir del primer lustro de vida, se puede optar por la segunda. 

Cobertura jurídica

Uno de los quebraderos de cabeza para los conductores, cuando se enfrentan a un accidente o percance, es el apartado legal. El pago de las multas o una resolución judicial sobre un conflicto entre dos coches es una cuestión que se aleja, en muchas ocasiones, de los conocimientos de los ciudadanos. Las compañías de seguro incluyen entre sus servicios la cobertura relacionada con el recurso de las multas o asesoramiento jurídico para los temas más problemáticos. Algunas, incluso, ofrecen un servicio propio de abogados o una ayuda económica, en determinados casos. Aquellas personas que conducen con asiduidad por grandes ciudades pueden obtener un beneficio de este servicio, ya que son áreas en los que los riesgos aumentan.

Las restricciones relacionadas con el aparcamiento o el acceso de determinados vehículos son una fuente de multas en las urbes con mayor población, al tiempo que las colisiones entre vehículos aumentan en una mayor proporción. 

Tengo un coche antiguo

Todos los vehículos de motor tienen la obligación de estar sujetos a un seguro, independientemente del año de fabricación o del consumo anual que se realice. Por lo tanto, los coches más viejos también entran en esta ecuación.

Los conductores que tienen vehículos de quince o más años pueden elegir una póliza básica, en la que únicamente se cubre la obligada responsabilidad a terceros. El riesgo de esta condición es que cualquier daño producido en el vehículo, siendo responsable del mismo el propietario, no está cubierto.

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