Toyota Motor ha confirmado que reforzará su compromiso industrial en Estados Unidos, con una nueva inversión de 10.000 millones de dólares en los próximos cinco años. El fabricante japonés se alinea así con las demandas de Donald Trump, que ha intensificado su presión sobre los fabricantes extranjeros para aumentar su producción local.

La decisión coincide con el inicio de la producción en la planta de baterías de Carolina del Norte, una instalación valorada en 13.900 millones de dólares que se convierte en la undécima fábrica de Toyota en Estados Unidos y en uno de los proyectos industriales más ambiciosos del grupo japonés fuera de Asia.

“En los próximos cinco años planeamos una inversión adicional de 10.000 millones de dólares en Estados Unidos para seguir ampliando nuestras capacidades de fabricación, lo que elevará nuestra inversión total en este país a más de 60.000 millones de dólares”, declaró Ted Ogawa, presidente de Toyota Motor North America.

Gigafactoría de Carolina, símbolo de la nueva era industrial

El complejo, que ocupa 749 hectáreas (1.850 acres), contará con 14 líneas de producción de baterías para vehículos híbridos y eléctricos enchufables, y alcanzará una capacidad anual de 30 GWh cuando opere a plena capacidad. Toyota estima que la planta empleará a 5.000 trabajadores y abastecerá de baterías a las fábricas de Kentucky y a la empresa conjunta con Mazda en Alabama.

Las nuevas baterías se destinarán a los modelos Camry, Corolla Cross, RAV4 híbridos y a un SUV eléctrico de tres filas que la compañía presentará próximamente.

Trump celebra el anuncio y promete aliviar la regulación

El presidente estadounidense Donald Trump celebró el anuncio como una victoria industrial durante su reciente visita a Japón. “¡Vayan y compren un Toyota!”, exclamó el mandatario, destacando que la inversión “demuestra la confianza en la economía estadounidense”.

Trump ha sido un crítico persistente de las importaciones de automóviles japoneses, imponiendo aranceles a los vehículos importados y presionando a las compañías extranjeras para que amplíen su producción nacional. En paralelo, su administración prepara una flexibilización de las normas de ahorro de combustible y reducción de emisiones, en un giro regulatorio que favorece a los fabricantes con flotas mixtas. El secretario de Transporte, Sean Duffy, adelantó que “las normas anteriores eran demasiado estrictas” y confirmó que el Gobierno revocará los estándares de eficiencia energética aprobados bajo el mandato de Joe Biden para los años modelo 2022-2031.

Toyota apuesta por el híbrido frente al eléctrico puro

Toyota, que durante años ha sido acusada de ir rezagada en la carrera del vehículo eléctrico, ha acelerado su estrategia en torno a los híbridos y los híbridos enchufables como vía intermedia hacia la descarbonización. “Sabemos que no existe un único camino hacia el progreso”, explicó Ogawa. “Por eso mantenemos nuestro compromiso con un enfoque de múltiples vías: motores de gasolina de bajo consumo, híbridos, híbridos enchufables, baterías eléctricas y pilas de combustible.”

Con esta estrategia, el fabricante japonés se distancia del enfoque 100% eléctrico de rivales como Tesla o Volkswagen, y se alinea con el nuevo contexto político estadounidense, donde la eliminación de créditos fiscales y sanciones a los eléctricos ha reducido el atractivo de los vehículos de cero emisiones.