La guerra de Rusia en Ucrania está haciendo balancear el centro de gravedad del sector de automoción en Europa. Ucrania era la base de un buen puñado de empresas del sector de componentes que se vieron paralizadas de la noche a la mañana por el inicio de los bombardeos y dejó desabastecidas a las plantas de producción de vehículos, sobre todo del norte de Europa, de algunos componentes, especialmente los mazos de cableado.


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Trasladar la fabricación no es fácil pero el hecho de que el conflicto se prolongue cada vez más, sin visos de una solución a corto plazo, ha empezado a producir la decisión de traslados de plantas a otros lugares. Marruecos parece erigirse como uno de los destinos preferidos.

El país del norte de África tiene una fuerte base industrial del sector de automoción centrada en tres polos: Kenitra (Rabat), Casablanca y Tánger, con un volumen de producción y exportación que son los más importantes de África, superando a Sudáfrica. 

Deslocalizaciones de proveedores

Con una mano de obra cualificada, acuerdos comerciales preferentes con Estados Unidos y la Unión Europea y unos costes más bajos, Marruecos ha sido el destino elegido por varias empresas para decidir el traslado de su actual producción en Ucrania.

La multinacional irlandesa Aptiv es una de las que planean desembarcar en Marruecos para hacer parte de los sistemas de cableado que hasta ahora se montaban en Ucrania. Un analista estima que entre el 10% y el 15% de los mazos de cables que alimentan las fábricas de automoción europeas venían de Ucrania. Polonia, Rumanía o Serbia son otros posibles destinos. En cualquier caso, la compañía ha confesado que necesitará seis semanas para hacer el traslado y arranque de producción en la nueva ubicación y eso lo notarán sus clientes.

La japonesa Sumitomo Electric Industries, fabricante de cableado y fibra óptica para vehículo, es otra de las que en marzo decidió trasladar su producción de Ucrania a Rumanía y Marruecos. El coste de la operación lo financiará, en parte Volkswagen, uno de sus principales clientes y directamente afectado por la falta de suministros. VW tuvo que parar la producción de vehículos eléctricos en las factorías de Zwickau y Dresde desde el 25 de febrero por la escasez de cables de su proveedor en Ucrania, aunque está en fase de reactivación gracias a un suministro aunque en niveles más bajos.

Marruecos gana protagonismo

Estas deslocalizaciones hacia Marruecos dan un mayor peso al sur de la Unión Europa en el sector de automoción y, en teoría, supone una ventaja para las plantas españolas que tendrán garantizado un suministro más próximo. Pero supone también un riesgo porque las plantas marroquíes pueden llegar a ser más competitivas que las españolas. 

En Marruecos están implantadas unas 250 empresas del sector de automoción, con una capacidad de 700.000 vehículos al año y unos 220.000 empleos. Las principales plantas son las de Renault en Tanger, inaugurada en 2012, la de Stellantis empezó a producir en junio de 2019 y el país ha firmado un acuerdo de intenciones con la china BYD para producir próximamente vehículos eléctricos en Tánger.