Una guerra prolongada en Ucrania corre el riesgo de ser "mucho peor" para la economía europea que la pandemia de coronavirus, según ha advertido el presidente del consorcio automovilístico alemán Volkswagen, Herbert Diess. Aunque el directivo afirma que defiende las sanciones económicas contra Rusia, ha lanzado una advertencia: "Lo que no queremos es una guerra interminable en Ucrania".

Diess señaló que tanto Volkswagen como la economía europea en general podrían enfrentarse pronto a problemas mucho mayores que los 'cuellos de botella' en el suministro. "Los cortes en las cadenas de suministro mundiales podrían provocar enormes subidas de precios, escasez de energía e inflación. Podría ser muy peligroso para las economías europea y alemana", declaró el ejecutivo en una entrevista al 'Financial Times'.

Diess subrayó que aunque está a favor de las "máximas sanciones", indicó que una vez aplicadas "hay que volver a las negociaciones, al diálogo, porque lo que no queremos es una guerra interminable en Ucrania".

Cierres de fábricas

El grupo Volkswagen, que cuenta con 500.000 empleados en Europa, anunció la semana pasada el cese de la producción de vehículos en Rusia "hasta nuevo aviso", paralizando sus plantas de fabricación en Kaluga y Nizhny Novgorod. Alrededor de 15 compañías del sector de la automoción ha suspendido ya su actividad en este país.

Además, el grupo Volkswagen ha tenido que parar la producción en sus principales fábricas de Alemania debido a la falta de suministro de mazos de cableado, un componente en el que están especializados los proveedores de Ucrania. El resto de fabricantes alemananes (BMW y Mercedes) también se han visto obligados a para fábricas por la escasez del mismo componente.

La asociación de proveedores de automoción de Ucrania han pedido ayuda a los clústeres del resto de Europa para reanudar la actividad en las fábricas del país o incluso trasladar la producción a zonas más alejadas de la guerra. La prioridad es, según la asociación, volver a recuperar el suministro de cableado para evitar que se prolonguen los parones de las grandes fábricas de vehículos.

Rusia no es uno de los mercados más importantes para el consorcio alemán, ya que la compañía de Wolfsburg vendió poco más de 204.000 coches en este país el año pasado, de un total de 9 millones en todo el mundo.