El líder mundial de fabricación de baterías, el gigante chino CATL, ha desembarcado oficialmente en Figueruelas (Zaragoza) con la colocación de la primera piedra de la gigafactoría de baterías que impulsa junto a Stellantis como socio y cliente. Las instalaciones de la empresa conjunta Contemporary Star Energy, se empezarán a construir sobre una cápsula del tiempo con periódicos españoles y chinos, monedas, los planos de la futura fábrica y un guiño a la virgen del Pilar. 

La gigafactoría ocupará 89 hectáreas junto a la fábrica de Figueruelas y formará parte de la red de plantas que CATL quiere tener en los principales mercados de vehículos eléctricos. El objetivo: producir baterías LFP —más económicas y estratégicas para abaratar el coche eléctrico— para alrededor de un millón de vehículos al año.

Simulación de la fábrica de baterías de CATL y Stellantis

Miles de técnicos chinos en Figueruelas

El consejero delegado de la alianza, Andy Wu, definió la jornada como “solo el principio” de un proyecto basado en la “confianza, el futuro y los valores compartidos”. Según explicó, la planta funcionará con un 80% de energía renovable y podría empezar a producir celdas a finales de 2026, un tiempo récord en comparacion con otros proyectos similares.

El impacto económico será inmediato. Se estiman 7.000 empleos directos, indirectos e inducidos durante la construcción, con un ejército de técnicos procedentes de China que ya se empiezan a ver por Zaragoza y a los que hay que buscar alojamiento con rapidez. Cuando la planta esté a pleno rendimiento dará trabajo a 4.300 empleados, que recibirán formación por parte de CATL. La intención, según Wu, es clara: “La mayoría de la plantilla provendrá de empleados locales”, aunque miles de especialistas chinos también se desplazarán para la fase inicial y para tareas de formación avanzada.

CATL firma la mayor inversión china en España

El embajador de China, Yao Jing, fue directo: esta es “la mayor inversión china en la historia de España”. Y añadió que la colaboración entre ambos países tiene ahora “un futuro brillante”.

El ministro de Industria, Jordi Hereu, coincidió en la trascendencia estratégica: “Estamos ante un proyecto de primer nivel, un proyecto de país”. Recordó que el Ministerio ha destinado ya casi 380 millones de euros a la fábrica de Figueruelas a través de los PERTE, de los cuales 270 millones corresponden a la gigafactoría y el resto a la electrificación de la factoría de Stellantis.

Hereu recalcó que España ha movilizado más de 2.500 millones de euros en el impulso del coche eléctrico y que las matriculaciones de vehículos electrificados ya superan las 180.000 unidades en lo que va de año, una quinta parte del mercado. También apuntó que el reciente Comité de Inversiones Estratégicas será clave para captar futuros proyectos internacionales.

Para el presidente de Aragón, Jorge Azcón, la jornada fue poco menos que histórica: “Es el día más importante desde que soy presidente”. No era una exageración. Si las previsiones se cumplen, en 2027 la gigafactoría representará más del 5% del PIB de Aragón, una cifra que no se había visto jamás en una sola inversión industrial.

La gigafactoría más grande

Azcón subrayó el contraste entre Aragón y otras regiones europeas en plena crisis industrial: “Mientras en otros lugares cierran fábricas, aquí abrimos una que transformará la economía de la región”. Alrededor de Stellantis ya orbitan más de 300 empresas, un ecosistema que “se multiplicará” con la llegada de la planta de baterías.

La gigafactoría de Figueruelas competirá en liga global: 50 GWh de capacidad anual, con posibilidad de ampliarse a 60 GWh, superando incluso el proyecto inicial de Volkswagen en Sagunto, aunque también se puede escalar. Su proximidad inmediata a la planta de ensamblaje permitirá recortar costes logísticos y acelerar la producción de vehículos eléctricos más asequibles dentro de Stellantis.