El 'dieselgate' continúa dando lugar a secuelas en una onda expansiva sin fin por ahora. El presidente de BMW, Harald Krüger, ha admitido en su intervención en la junta de accionistas celebrada en Múnich su propio minidieselgate. Un total de 11.700 coches de los modelos Serie 5 y Serie 7 llevaban instalado un 'software' que la marca no controló. Sin embargo, el máximo directivo de BMW ha marcado distancias con el gran episodio del diéselgate hasta ahora, el de Volkswagen, aunque sin nombrar al grupo alemán competidor. "Esto no tiene nada que ver con una manipulación deliberada, ni tampoco con un control de gases de escape del motor", ha asegurado Krüger.

El directivo ha reconocido que "se cometió un error hace unos años, afectando a versiones anteriores del Serie 5 y Serie 7, que fueron equipados con un 'software' de control del motor que creíamos que fue desarrollado correctamente. Esos modelos fueron equipados posteriormente con un módulo de 'software' no diseñado para ellos".

11.700 coches de BMW afectados

Al mismo tiempo, el presidente de BMW ha limitado el problema con ese 'software' descontrolado a 11.700 vehículos que ha puesto en relación con los más de 11 millones de coches vendidos por el grupo en los últimos cinco años. La compañía espera ahora la aprobación de las autoridades para llevar a cabo sustituir el 'software' anómalo. Krüger ha lamentado que "el comportamiento de ciertos fabricantes ha dañado la industria en su conjunto".

Nuevo BMW iNext 100% eléctrico

BMW ha insistido en los buenos resultados de los nuevos test de ciclo real de emisiones de gases gracias a los niveles un 40% por debajo de la media en Alemania para motores diésel y en su estrategia para electrificar su gama. Entre los pasos que dará la marca en el futuro se encuentra el desarrollo del nuevo modelo iNext 100% eléctrico, del que se ha mostrado una primera imagen a los accionistas.