UGT FICA ha alertado sobre el futuro de la industria española de automoción. La actual política europea de recorte de emisiones de CO₂ puede comprometer la viabilidad de las fábricas españolas y europeas de automoción, según indicó el sindicato tras un encuentro en el que participaron el secretario general de la federación, Mariano Hoya, el secretario del sector Automovilístico, Jordi Carmona, y los secretarios generales de todas las plantas de fabricación de vehículos en España —entre ellas Seat, Ford, Ebro, Renault, Volkswagen, Mercedes, Iveco y Stellantis— .

Según el sindicato, la negativa de Bruselas y del Gobierno español a flexibilizar los objetivos de reducción de emisiones coloca a las plantas en una situación extremadamente delicada. La adaptación industrial, advierten, requiere plazos realistas y condiciones equitativas, especialmente frente a los fabricantes asiáticos que están consolidando su presencia en el mercado europeo con un ritmo competitivo difícil de igualar.

Reunión urgente con el Ministerio de Industria

Durante el encuentro, las secciones sindicales de UGT FICA solicitaron a la dirección que eleve la preocupación del sector al Gobierno. El sindicato pedirá una reunión urgente con el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, para trasladar un paquete de medidas consideradas esenciales para garantizar el futuro industrial del país.

UGT FICA subraya que su compromiso con la electrificación y la descarbonización es firme, pero reclama que España sea eje productivo de vehículos eléctricos y que la transición sea “justa y ordenada”, sin poner en riesgo el empleo ni la capacidad productiva de las plantas.

Las demandas del sindicato

Entre las principales medidas que UGT FICA quiere plantear al Ministerio destacan:

  • Flexibilizar las medidas regulatorias europeas sobre emisiones de CO₂, con el fin de proteger el empleo y otorgar más tiempo a la industria para adaptarse.
  • Un compromiso claro del Gobierno con la automoción en España, impulsando políticas que garanticen una transición ordenada hacia la movilidad eléctrica.
  • Un plan específico de apoyo a las plantas, con inversiones en innovación, formación y adaptación tecnológica que permitan competir con los fabricantes asiáticos.
  • Medidas de respaldo a la cadena de suministro y a las empresas auxiliares, esenciales para la competitividad y la estabilidad del empleo.
  • Un marco estable de diálogo social, para abordar los retos del proceso de electrificación y asegurar una transición justa para las personas trabajadoras.

Compromiso con el empleo y la industria

El sindicato recuerda que la automoción es uno de los pilares industriales del país y advierte de que las decisiones políticas y empresariales deben tener en cuenta la realidad productiva del sector. En esta línea, UGT FICA reafirma su apuesta por la descarbonización de la economía y la defensa del empleo.

“La industria y las personas trabajadoras necesitan garantías para afrontar un proceso de transformación sin precedentes”, señalan desde la federación, que insiste en que la protección del tejido productivo es clave para asegurar el futuro de las plantas españolas.

Ortodoxia de España y Francia

La advertencia de UGT FICA tiene pugar después de que la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) expresara su malestar por el respaldo del Gobierno español, junto a Francia, al mantenimiento del veto a la venta de vehículos con motor de combustión a partir de 2035, justo antes de la revisión anticipada de los objetivos anunciada por la Comisión Europea. La patronal del motor advierte de que esta postura debería haberse consensuado con el sector y reclama un enfoque “más pragmático, flexible y tecnológicamente neutral” para garantizar una transición realista hacia la movilidad cero emisiones.

El texto impulsado por España y Francia reconoce la necesidad de adoptar medidas adicionales en la descarbonización ante el menor ritmo de ventas de vehículos eléctricos, pero evita asumir la “neutralidad tecnológica” más allá de 2035. Esta postura choca frontalmente con la que defiende Alemania y con la de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Para ANFAC, España ha perdido una oportunidad: “Las medidas deben ser más ambiciosas si se desea ofrecer soluciones duraderas que armonicen descarbonización, resiliencia y competitividad”.