Marc Márquez ha decidido emprender una nueva aventura después de toda una vida en Honda (2013-2023), marca con la que ha ganado seis títulos y se ha convertido en uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. En la elección ha priorizado resultados, felicidad y competitividad encima de la moto al dinero, la comodidad e incluso la fidelidad a Honda. Marc quiere volver a divertirse y su elección por pilotar una Ducati ha sido muy personal prevaleciendo el interés deportivo al económico.

El piloto de Cervera ha anunciado su decisión con antelación, cuando el campeonato está en ebullición y con un año más de contrato con el equipo Repsol Honda. En 2024 correrá con una Ducati, la moto que ha sido su eterna rival, en las filas del Team Gresini y con su hermano Àlex como compañero. Llevaba tiempo hablando con el equipo italiano, y con otros, incluso barajó la opción de tomarse un año sabático, pero tras la última carrera de Suzuka se precipitó la decisión.

Volver a disfrutar

El objetivo es recuperar sensaciones, volver a sentirse competitivo y disfrutar encima de la moto. Con este cambio pretende dar un vuelco a su vida deportiva y recuperar un camino que se torció el día que se cayó en Jerez (19 de julio de 2020) y lesión por la que ha tenido que pasar cuatro veces por el quirófano. Honda solo le ha abierto la puerta para rescindir el contrato si se iba a un equipo satélite, pero él ha aceptado el desafío consciente del reto que supone y con la incógnita no desvelada si la marca italiana le facilitará una moto del 2024 o correrá con una unidad del presente curso.

Marc Márquez en una imagen de archivo

Àlex, su hermano, ha jugado un papel crucial en el cambio y no porque lo haya sugerido o gestionado, sino porque su experiencia con la moto ha sido determinante. El pequeño de la familia corrió tres años con Honda en MotoGP y este año ha debutado con el Team Gresini a los mandos de una Ducati. Tiene información de primer nivel de las dos motos, de su funcionamiento y rendimiento. Marc ha medido todos los pasos antes de tomar una decisión de tal relevancia.

El futuro está completamente abierto a partir de ese 2024 que no hace muchos meses era absolutamente impensable, renunciando al mejor contrato (de largo) de la categoría reina. Márquez se lo toma como un test, alejado de la presión que siempre le ha rodeado y si le va bien tendrá delante ofertas de todos los fabricantes, incluyendo Honda. Es una apuesta valiente, sin duda, con grandes riesgos, pero el único camino que ha visto factible después de cuatro años desesperantes.

Decisiones radicales

Quiere rehacer su vida y lo hace tomando decisiones, que el tiempo se encargará de dictar si han sido acertadas o no. A mediados de 2022 decidió emprender el camino solo, lejos de Emilio Alzamora, quien había gestionado su carrera desde antes de llegar al Mundial en 2008 con 15 años. El cambio de mánager o trasladarse a vivir a Madrid, donde había encontrado nuevos médicos de confianza, tampoco varió el rumbo deportivo y los resultados siguen resistiéndose. Salir de Honda ha sido, probablemente, la última bala que tenía en la recámara para enderezar el rumbo.

“Ha sido una decisión muy dura, pensando solo en mi carrera deportiva. Romper once años de relación con Honda, con muchos éxitos en este periodo, ha sido muy difícil. Toda mi familia y amigos están en ese equipo, pero a veces tienes que salir de tu zona de confort. Los últimos cuatro años he sufrido mucho y no he disfrutado. Necesito reencontrar la ilusión, de lo contrario no tiene sentido seguir adelante”, explicó Márquez en su comparecencia ante los medios de comunicación.

El octocampeón, ya que a los seis títulos de MotoGP suma uno de 125 cc y otro de Moto2, reconoció por último que "mi decisión definitiva fue después del GP de Japón. Quería un nuevo desafío y un nuevo reto y Gresini me lo ofrecía para 2024. Llegué a pensar en tomarme un año de descanso, pero aunque tenía otras opciones Gresini esperó a que tomara una decisión y al final me decidí por ellos”.