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El apoyo del Gobierno al automóvil con el Pive, la envidia de otros sectores

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, recibe cada vez más esa presión de otros sectores que se consideran discriminados

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, visitando una de las fábricas de Renault

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, visitando una de las fábricas de Renault

Redacción Coche Global

06.06.2014 09:28h

3 min

Algunas marcas de coches han optado por quitar el número del plan Pive en sus anuncios. Con una medida tan simple evitan estar sujetos al rápido consumo de unos planes que ya han llegado a la sexta edición. Es una muestra de la tradicional discriminación positiva del sector de la automoción que se ha intensificado en los últimos años. Hasta el punto que el Gobierno recibe cada vez más presiones para romper ese favoritismo de monocultivo a las que intenta responder con un pan global de incentivación de la actividad económica también para otros sectores.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, recibe cada vez más esa presión creciente de otros sectores que se consideran discriminados en relación con las fábricas y los concesionarios de coches. Los fabricantes y los vendedores de automóviles han convencido a Montoro, después de una paciente y constante labor didáctica y de lobby, del retorno que reciben las arcas públicas y la economía por cada euro invertido en las ayudas. La proporción es de tres euros generados por cada euros invertido.

El Pive 6 al que da luz verde el Consejo de Ministros mantiene una inyección económica al sector que ya suma 640 millones desde el plan 2000E del 2009. Aplicando la fórmula de 3x1, la recaudación fiscal y la actividad económica generada ascendería a 1.920 millones de euros.

También se ha convertido en un elemento de presión en contra de la discriminación positiva los beneficios que los concesionarios empezarán a tener este año y la mejora de las ganancias de las fábricas gracias al buen momento de la industria, que ha sido eliminada de la memoria anual de Anfac por "discrepancias internas". El sector es consciente de que se aproxima el momento en el que perderán la red de seguridad y dejarán de contar con la subvención de 1.000 euros por coche. "Habrá que hacer un proceso de disminución o eliminación de las ayudas, pero todavía no es el momento", indicaban fuentes de los fabricantes.

No es casual que el ministro de Industria, José Manuel Soria, haya destacado en sus últimas intervenciones que entre las ventajas generadas por el Pive se encuentra la actividad económica en otros sectores que dependen de la venta de coches, como los seguros y la publicidad en los medios de comunicación de las marcas y los concesionarios.

Las medidas incluidas en el plan de reactivación económica de 6.000 millones también intenta extender el apoyo focalizado en el automóvil a otros sectores. Se trata de medidas que buscan un efecto real e inducido de diluir el favoritismo a la automoción y su consideración como la niña mimada de la Moncloa. 

Un caramelo para la construcción

En la cola de peticiones que tiene el ministro de Hacienda se encuentra, por ejemplo, el plan de reactivación de la construcción presentado por la patronal Seopan con "medidas valientes" para dar aire a un sector que se ha desplomado después de haber pinchado la burbuja inmobiliaria. Entre los argumentos utilizados está la proporción de 16 empleos creados por cada 600.000 euros de inversión. Finalmente, el Gobierno ha escuchado las peticiones del sector e incluirá ayudas a la construcción en el plan global.

A partir de ahora, los directivos de la Asociación de Fabricantes (Anfac) y de concesionarios (Faconauto) podrán acudir a las reuniones de la CEOE con menos presión de otros sectores que los miraban con envidia y pedían el mismo trato a Montoro. Pero el debate seguirá abierto porque los incentivos no llegan para todos.

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