Fue lo más parecido a un duelo de coches de cuñados. Una de las escenas de la histórica cumbre de la distensión entre Donald Trump y Kim Jong Un fue la del momento en el que el presidente norteamericano presume de limusina ante su homólogo norcoreano. La escena pilló por sorpresa a los servicios de protocolo y seguridad y se produjo cuando Kim Jong Un se interesó por el coche oficial de Donald Trump cuando pasaba por delante. En ese momento, Trump aprovecha la oportunidad para presumir de la Bestia, el Cadillac One, como producto de la industria automovilística estadounidense. Una escena anecdótica pero muy sintomática del clima de cordialidad en el que se desarrolló la cumbre para desnuclearizar Corea del Norte.

Kim Jong Un y Donald Trump hicieron gala de su afición a los coches. En unos segundos, el líder norcoreano pudo ver el interior de una limusina que en Estados Unidos la presentan como casi indestructible. En el sonido del vídeo no se escucha el diálogo y no sabemos si Kim Jong Un se ofreció a Trump para mostrarle su limusina, un Mercedes S600 Pullman con el que se desplazó en Singanpur en una insólita imagen al ir rodeado por guardaespaldas que seguían el vehículo corriendo perfectamente disciplinados.

En cuestión de valor económico, el duelo de limusinas entre Donald Trump y Kim Jong Un quedó bastante igualado puesto que el coche oficial del presidente norteamericano está valorado en dos millones de dólares frente a los 1,6 del vehículo norcoreano.